Varias veces en las Escrituras aparece un arcángel con el nombre Miguel. ¿Quién es este personaje? Para algunas personas, es solo un
ángel poderoso. Sin embargo, a la luz de las evidencias bíblicas, tenemos razones para identificarlo con Jesús, el Hijo de Dios. Veamos.
Características identificatorias
Miguel proviene del hebreo Mijael, que significa “¿Quién es como Dios?” Este nombre siempre aparece en momentos cuando se defiende y reivindica la voluntad y el gobierno de Dios frente a un desafío directo de Satanás y las fuerzas del mal (Dan. 10:13, 21; 12:1; Jud. 9; Apoc. 12:7). Es interesante que los mismos elementos de este nombre aparecen en la victoria de Dios frente a las fuerzas del Faraón cuando intentaba destruir al pueblo de Israel: “El enemigo dijo: ‘Perseguiré, prenderé, repartiré despojos; me saciaré de ellos, sacaré mi espada, los destruirá mi mano’. Pero soplaste con tu viento y el mar los cubrió; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?” (Éxo. 15:9-11). Y la misma forma aparece en Salmos cuando Dios interviene para salvar al débil del opresor: “Todos mis huesos dirán: “Señor, ¿quién es como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que lo despoja?”
(Sal. 35:10).
La primera vez que aparece el nombre Miguel es en Daniel 10:13, en donde se lo describe como “uno de los principales príncipes”, que fue a ayudar al ángel Gabriel cuando se le oponía “el príncipe de Persia” (Dan. 10:20, 21). La traducción “uno de los principales príncipes” da la impresión de que fuera “uno entre muchos”. Sin embargo, Jacques Doukhan afirma que “el versículo 13 insinúa un superlativo: ‘El príncipe principal’ (traducción literal) y no
‘uno de los principales príncipes’ (RVR60). La palabra ahad, generalmente traducida como el número ‘uno’, también significa ‘primero’ […]. El autor utiliza la palabra ahad (‘uno’ o ‘primero’) en vez de la palabra rishón (‘primero’), para evitar la redundancia rishón ha rishonim, ‘primero de los primeros’ ” (Jacques Doukhan, Secretos de Daniel (Doral, Florida: APIA, 2008), p. 163.) Por lo tanto, Miguel no es “uno entre otros” príncipes, sino el “principal”.
En Judas 9 se lo identifica como “el arcángel Miguel”. La palabra arcángel significa “jefe de ángeles”, término que siempre aparece en singular en las Escrituras, indicando así que no hay arcángeles sino solo uno: Miguel. Esta descripción, cuando se la compara con la escena de 1 Tesalonicenses 4:16, la cual afirma que “el mismo Señor descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios”, nos lleva a concluir que el arcángel Miguel es Jesucristo.
En Daniel 12:1 y 2, la resurrección de “muchos”, “unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión eterna”, se relaciona con Miguel. De acuerdo con Pablo, “los muertos en Cristo resucitarán” a la “voz” del “arcángel”, a la voz de Jesús (1 Tes. 4:16). Esto está en armonía con Juan 5:26 al 29, que afirma que “todos los que están en los sepulcros oirán” la voz del Hijo de Dios y resucitarán. Todo en conjunto aporta suficientes evidencias para
afirmar que el arcángel Miguel es el Señor Jesucristo mismo.
¿Un ángel creado?
¿Significa esto que Jesús es un ángel creado? Por supuesto que no. Jesús es plenamente Dios (Juan 1:1; 20:28; Tito 2:13; Heb. 1:8), el Creador
de todo lo que existe (Juan 1:3; Col. 1:15-17; Heb. 1:10-12). Sin embargo, en sus relaciones con los seres creados, ha decidido asumir la teofanía de comandante en jefe de las tropas celestiales.
“UN ARCÁNGEL ES EL JEFE DE LOS ÁNGELES. ESTE TÉRMINO SIEMPRE APARECE EN SINGULAR EN LAS ESCRITURAS, INDICANDO ASÍ QUE SOLO HAY UNO”.
Esto está en armonía con el Antiguo Testamento, en donde el Jesús preencarnado se presenta como “el ángel del Señor”, no un ángel cualquiera, sino una manifestación de Dios mismo. Por ejemplo, “el ángel del Señor” que se le apareció a Moisés “en una llama de fuego, en medio de una zarza”, era
Dios mismo (Éxo. 3:1-6). Y, puesto que a Dios el Padre nadie lo había visto jamás ni había escuchado su voz hasta la época del ministerio de Cristo (Juan 5:37), ese Dios que se reveló a los hombres en el Antiguo Testamento era aquel a quien conoceríamos como Jesús, el Hijo de Dios (Juan 1:18). Él era el “ángel del Señor”, el arcángel Miguel. Y él volverá para ponerle punto final a este mundo de dolor y sufrimiento.
Gracias por la explicación. Verdaderamente me había olvidado como justificar que Miguel era Jesús en el A.T.
Estos temas, pienso, se deberían repasar. Más porque hay una nueva «camada» de hermanos nuevos que no le hemos enseñado bien. Gracias Dios los bendiga.