JUDAS Y LA “GRACIA BARATA”

31 enero, 2024

Claves para que nadie nos engañe con un evangelio diferente.

En 2006, la revista National Geographic sorprendió al mundo en general, y al cristianismo en particular, con la publicación de un video documental titulado The Gospel of Judas [El Evangelio de Judas]. Se trata de un escrito breve, de origen gnóstico, del movimiento de los cainitas. Esta publicación, que en varios de sus pasajes contradice directamente el registro bíblico, recibió por entonces mucha atención, y generó un acalorado debate entre diferentes especialistas bíblicos.

Por otra parte, desde hace siglos, el cristianismo cuenta con el verdadero libro bíblico de Judas, que, si bien no tiene la intención de describir el ministerio público y la muerte de Jesús, sí cuenta con un verdadero evangelio entre sus líneas. Es más, la intención original del libro de Judas es defender el evangelio verdadero de los falsos maestros, que querían convertirlo en mera “gracia barata”  (en palabras de Dietrich Bonhoeffer, quien acuñó este término, y la definió como “la predicación del perdón sin exigir arrepentimiento; el bautismo, sin disciplina eclesiástica; y la comunión, sin confesión. La gracia barata es gracia sin discipulado, gracia sin la cruz, gracia sin Jesucristo”).

Judas afirma en su introducción: “Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral” (Jud. 1:4, NTV –usaremos esta versión para todos los textos de este artículo). Al negar la eficacia de la gracia para transformar la vida, Judas afirmó que estos maestros “han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor” (vers. 4).

Durante los siguientes diez versículos, el autor de esta epístola se dedica a describir la acción de estos falsos maestros. En el versículo 14, destina unas líneas a declarar cuál será el final de ellos: “Enoc, quien vivió en la séptima generación después de Adán, profetizó acerca de estas personas. Dijo: ‘¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares de sus santos para ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por todos los actos perversos que cada uno haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los insultos que hayan dicho contra él’ ” (vers. 14).

Lo interesante es la reafirmación de Judas de la certeza de la Segunda Venida. Pero hay más: une el concepto de Juicio con la Segunda Venida (ya presente en Mat. 24:31-46); ese mismo juicio del que no les gusta hablar a los proponentes de la gracia barata porque, según ellos, amenaza la seguridad de la salvación. Judas, por otro lado, en esta epístola nos asegura que lo que realmente pone en peligro la salvación es afirmar que la gracia de Dios nos absuelve de buscar una vida pura, santa y apartada del mal.

Por este enfoque, los falsos maestros muestran los frutos reales de su teología:

  • “Llevan una vida inmoral, desafían a la autoridad y se burlan de los seres sobrenaturales” (vers. 8).
  • “Se burlan de cosas que no entienden” (vers. 10).
  • “Siguen los pasos de Caín, quien mató a su hermano”; “al igual que Balaam, engañan a la gente por dinero”; “como Coré, perecen en su propia rebelión” (vers. 11).
  • “Son como pastores que no tienen vergüenza y que solo se preocupan por sí mismos. Son como nubes que pasan sobre la tierra sin dar lluvia. Son como árboles en el otoño, doblemente muertos, porque no dan fruto y han sido arrancados de raíz. Son como violentas olas del mar que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son como estrellas que han perdido su rumbo, condenadas para siempre a la más negra oscuridad” (vers. 12, 13).
  • “Son rezongones, se quejan de todo y viven solo para satisfacer sus deseos. Son fanfarrones que se jactan de sí mismos y adulan a otros para conseguir lo que quieren” (vers. 16); “son los que causan divisiones entre ustedes. Se dejan llevar por sus instintos naturales porque no tienen al Espíritu de Dios en ellos” (vers. 19).

Por otro lado, al cristiano que ha aceptado la gracia de Cristo y experimentado el poder transformador del evangelio, Judas lo anima a “tener compasión de los que no están firmes en la fe”, a rescatar “a otros arrebatándolos de las llamas del juicio”, a mostrarles “compasión”; pero con una salvedad: “háganlo con mucho cuidado, aborreciendo los pecados que contaminan la vida de ellos” (vers. 20-23).

Sí, la salvación es solo por gracia. No hay nada que podamos hacer que nos gane el favor del Cielo para recibir la vida eterna. No necesitamos hacer nada: ya Cristo lo hizo por nosotros en la Cruz. Pero esa misma gracia tiene el poder de transformar nuestra vida, alejándonos del pecado, que nos contamina y nos puede llevar a alejarnos de Cristo y de la salvación. Negar el poder transformador del Espíritu Santo, que por medio de la Palabra “es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia” (vers. 24), es negar a Cristo mismo.

Judas desea que, al final de nuestra peregrinación aquí en esta Tierra, podamos exclamar: “Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén” (vers. 25).

 

  • Marcos Blanco

    Pastor y doctor en Teología. Desempeña su ministerio en la ACES desde 2001. Autor de "Versiones de la Biblia", es Jefe de Redacción y director de la Revista Adventista desde 2010. Está casado con Claudia y tiene dos hijos: Gabriel y Julieta.

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