LOS TIEMPOS

Los tiempos de Daniel

16 mayo, 2019

El estudio del libro de Daniel es, sin duda alguna, fascinante. Sin embargo, requiere dedicación y análisis profundo de lo que el profeta dejó escrito. En Daniel 7:25 se habla de un período profético dado en “tiempos”, traducción del vocablo arameo idan.

Lo mismo sucede en Daniel 4, cuando se anuncia al rey Nabucodonosor que pasarían sobre él siete tiempos, haciendo uso también del mismo término arameo idan. No obstante, esta palabra aramea es usada en otras ocasiones en el libro de Daniel, y no en el mismo sentido en que aparece tanto en Daniel 7:25 como en Daniel 4.

El significado básico de idan es “tiempo”, ya sea refiriéndose a un período de tiempo indeterminado o a un momento específico en el tiempo.1 En Daniel 2:8, 9 y 21 se hace uso de esta palabra con artículo definido y en todos estos casos es una referencia general al tiempo. El rey Nabucodonosor considera que los sabios del reino están intentando ganar tiempo (Dan. 2:8, 9). Por otro lado, Daniel le declara al rey del imperio que es Dios el que cambia los tiempos y las edades (2:21). Aquí no se refiere a los años específicamente, sino a los cambios repentinos en la historia.

En Daniel 3, la palabra idan es usada una vez más, no solo con artículo definido, sino también precedida de una preposición que indica temporalidad. En Daniel 3:5 y 15, idan aparece de la misma manera, y no podría traducirse como año. En ambos versículos se declara literalmente que, “en el tiempo” en que se oyera la música, todos debían postrarse ante la estatua de oro.

Sin embargo, existe un uso más específico del término idan en el libro de Daniel, y este sucede en los capítulos 4 y 7. En Daniel 4:16, 23, 25 y 32, la palabra idan aparece sin artículo definido, en comparación con los casos anteriores. Ya la forma en que este término aparece es diferente. No solamente esto, sino además es precedida por un numeral, lo que indica un período de tiempo determinado, a saber, siete idan, o como algunas versiones han traducido, “siete tiempos” (RVR95, LBLA). La traducción griega del Antiguo Testamento llamada Septuaginta vuelca la palabra idan con el término griego etos, que significa “un ciclo completo de estaciones”; es decir, “año”.2

Este vocablo griego siempre es traducido como año en el Nuevo Testamento (Mar. 5:42; Luc. 2:42; Hech. 4:22; Gal. 2:1), y la mayoría de las veces está conectado a un numeral, lo que refiere a un período de tiempo específico.

Cuando se lee Daniel 7:25, la frase literalmente “tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo” sigue la misma lógica de Daniel 4. Si bien las dos primeras ocurrencias de la palabra idan en este versículo no tienen un numeral (tiempo y tiempos), la tercera ocurrencia sí lo hace, al declarar la mitad de un tiempo. Esto exige de alguna manera la necesidad de entender las otras dos ocurrencias como un período de tiempo específico.

El problema que se tiene es que no hay numerales que determinen la cantidad específica de tiempo en Daniel 7:25. No obstante, la primera ocasión en que idan aparece en este pasaje se encuentra en singular. Esto indica que es “un tiempo”. La segunda ocurrencia sugiere una lectura dual, y no plural. En el hebreo y el arameo se usa singular para referirse a uno; plural, para referirse a más de uno; y también existe el dual, que se usa para referirse a dos sin necesidad de escribir el numeral. Siendo que la primera y la tercera ocurrencias de idan indican un período determinado, uno y la mitad de uno, la segunda ocurrencia, debido al contexto, debería seguir el mismo patrón, por lo cual la forma dual es la más adecuada. Esto implica que tiempos debe ser entendido como dos tiempos.

Ahora bien, siendo que el arameo idan sin artículo definido y con un numeral, ya sea tácito o no, refiere al período específico año, Daniel 7:25 no es un período ambiguo, sino bastante específico: “Un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo”; o como algunas versiones han traducido, “tres años y medio” (NVI, DHH, TLA y otras). Por tal razón, la interpretación de Daniel 7:25 como el período de 1.260 años entre 538 y 1798 d.C. tiene un firme fundamento textual. RA


Referencias:

1 Warren Baker y Eugene Carpenter, The Complete Word Study Dictionary: Old Testament (2003), s.v. “עִדָּן”, p. 809.

2 Johannes P. Louw y Eugene A. Nida, eds., Greek-English Lexicon of the New Testament Based on Semantic Domains (1989), s.v.ἔτος”, p. 651.

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