¿Y EL VERDADERO? ¿CUÁNDO?

3 marzo, 2023

El arte de opinar sobre falsos reavivamientos.

Hacía tiempo que un movimiento de reavivamiento no alcanzaba los principales medios de comunicación en los Estados Unidos. Me refiero al movimiento de reavivamiento en el predio de la Universidad de Ausbury, Kentucky, EE. UU. Comenzó luego del culto normal de la institución. Incluyó cantos y testimonios de cientos de estudiantes que se reunieron allí. Al momento de escribir este artículo, los servicios se han mantenido durante las 24 horas, 7 días a la semana, sin interrupción; aunque han anunciado que (después de dos semanas) pasarán a una fase más “normal” de reuniones. Miles viajaron desde los extremos del país para asistir, y programas similares se han extendido en otros campus universitarios e iglesias.

Rápidos de reflejos, algunos hermanos adventistas activos en las redes sociales se lanzaron a hacer una radiografía de este movimiento. En la mayoría de los casos, lo catalogaban como “un falso reavivamiento”. Esta reacción (casi alérgica, diría yo, en algunos casos) me hizo reflexionar sobre nuestra propia situación como pueblo de Dios.

¿Hasta cuándo seremos solo “expertos en falsificaciones”? ¿Cuándo dejaremos de ser la “policía espiritual” de “falsos movimientos” en el ámbito global? ¿Es que acaso no ha llegado la hora de que dejemos de disecar otros reavivamientos (sean verdaderos o no) para ver que –lejos de estar en una condición de pararnos en un pedestal para analizar la condición espiritual de otros– somos pobres, ciegos y estamos desnudos (Apoc. 3:17)?

Sí, antes de convertirnos en especialistas en supuestas falsificaciones, es ya hora de que –como pueblo de Dios– experimentemos el verdadero reavivamiento profetizado para el tiempo del fin.

En este último gran reavivamiento, el Espíritu Santo será derramado con todo su poder. El evangelio se extenderá rápidamente por todo el mundo. Multitudes responderán a la predicación de la Palabra de Dios.

La Biblia se refiere a este reavivamiento poderoso como el derramamiento de la lluvia tardía. La lluvia temprana y la lluvia tardía son expresiones que se refieren a una parte del ciclo de la agricultura de Israel. La lluvia temprana regaba la semilla que había sido plantada y la ayudaba a germinar. La lluvia tardía caía al final del ciclo agrícola, a fin de madurar el grano y prepararlo para la cosecha. Sin lluvia tardía no había cosecha final.

En la Biblia, la lluvia tardía es uno de los símbolos del derramamiento del Espíritu Santo en los últimos días. El Espíritu Santo da poder al pueblo de Dios para realizar la tarea de predicar el evangelio a todo el mundo antes de que Jesús vuelva por segunda vez.

El apóstol Santiago lo expresa así: “Hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Miren cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra: aguarda con paciencia hasta recibir la lluvia temprana y tardía. Ustedes también tengan paciencia, afirmen sus corazones, porque la venida del Señor se acerca” (Sant. 5:7, 8, NTV).

Joel, el profeta del Antiguo Testamento, añade esta promesa: “Ustedes también, hijos de Sion, alégrense y gócense en el Señor su Dios; porque les dio la primera lluvia a tiempo, y les enviará lluvia temprana y tardía, como al principio” (Joel 2:23).

ES HORA DE CLAMAR POR EL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU SANTO, A FIN DE QUE HAGA REVERDECER NUESTRA EXPERIENCIA.

Pr. Marcos Blanco

Históricamente, la lluvia temprana cayó en Pentecostés. Más de tres mil personas fueron bautizadas en un día en un solo lugar. La Palabra de Dios dice que este número es moderado respecto de lo que ha de venir. La lluvia temprana es moderada en comparación con la lluvia tardía venidera.

El asunto es que, como adventistas, hace décadas que no solo creemos en esta promesa, sino también anhelamos vehementemente que se haga una realidad en nuestro medio. No obstante, en lugar de hacer esfuerzos decididos para alcanzar este objetivo, nos hemos dedicado más a evaluar iniciativas y manifestaciones ajenas.

Es hora de darnos cuenta de nuestra propia aridez espiritual. Es hora de clamar por el derramamiento del Espíritu Santo, a fin de que haga reverdecer nuestra experiencia y traiga mucho fruto en nuestros esfuerzos de preparar al mundo para la Segunda Venida.

Este fenómeno no comenzará sin el esfuerzo individual. Haz los cambios que necesitas hoy en tu vida personal, en tu familia y en tu iglesia local, para que juntos podamos recibir esa lluvia vivificante de primavera.

  • Marcos Blanco

    Pastor y doctor en Teología. Desempeña su ministerio en la ACES desde 2001. Autor de "Versiones de la Biblia", es Jefe de Redacción y director de la Revista Adventista desde 2010. Está casado con Claudia y tiene dos hijos: Gabriel y Julieta.

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3 Comentarios

  1. Fulton

    «policía espiritual», «supuestas falcificaciones», «Sean verdaderos o no». Pastor, cualquiera puede escribir otro artículo diciendo que usted actúa como «policía espiritual» de la supuesta «policía espiritual». Y llegar a la misma conclusión, deje de perseguir a la supuesta policía espiritual y dediquese al reavivamiento.
    Más bien el artículo parece que sale desde el hígado para defender algún reavivamiento que usted pone en duda si es verdadero o no. Ante la Biblia no hay duda.

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  2. Natalia Florencia Di Marco

    Hola. Gracias Pastor. Leí el artículo que habla del falso reavivamiento o mejor dicho reavivamiento aislado que ha pasado en otras épocas en EEUU. Coincido con usted que si es real o no de mi parte no puedo juzgar sino preocuparme y ocuparme con y en oración para que el Espíritu Santo actúe en mi vida y así poder compartir el mensaje de Salvación, Cristo mismo el evangelio eterno que nos dio libertad con su sangre derramada en la Cruz, a aquellos que se encuentran aún esclavos del enemigo que ya ha sido derrotado. Saludos. Maranata

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  3. Sergio

    Ante todo debemos tener misericordia de los que sinceramente buscan a Dios pero en lugares equivocados. Los que no fuimos adventistas de cuna eramos así en otro tiempo. En nuestra ignorancia no sabíamos que la Iglesia Adventista era la verdadera iglesia de Dios. Las personas que realmente busquen a Dios lo encontrarán y Dios mismo los traerá a Su rebaño.

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