(De nuevo otra vez)

Es cierto que nunca hubo una paz duradera en Medio Oriente. Desde el registro del Antiguo Testamento hasta nuestros días, naciones, pueblos, culturas y religiones han estado en constante agitación y confrontación. Sin embargo, tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, y de modo más acuciante luego de las incursiones armadas de Israel en el Líbano e Irán (en respuesta a ataques constantes de misiles sobre territorio israelí, en un círculo vicioso que no parece detenerse), la escalada armamentista se parece más a una guerra declarada que a las supuestas “tensiones” (eufemismo periodístico) que los medios de comunicación suelen informar.

Prueba de ello es una incursión israelí en territorio iraní, donde un ataque aéreo alcanzó, el sábado 26 de octubre, un edificio que formaba parte del extinto programa de desarrollo de armas nucleares de Irán, y también fueron alcanzadas instalaciones utilizadas para mezclar combustible sólido para misiles.¹

Más allá del impacto que estos últimos intercambios bélicos entre Israel, Gaza, el Líbano e Irán puedan tener para la situación geopolítica de toda la región, hay toda una trama religiosa de fondo que es interesante analizar. No escapa a nadie el hecho de que, además de ser naciones y territorios en conflicto, también hay un choque de religiones, donde entran en juego el judaísmo, el islamismo (o al menos algunas de sus variantes) y también el cristianismo, por medio de naciones cristianas que son clave en el apoyo a Israel, como los Estados Unidos, por ejemplo. Y también aquí entran en juego el apoyo de sectores clave de Estados Unidos, como la derecha religiosa, que tiene una visión profética con respecto al restablecimiento de Israel y, sobre todo, del Templo de Jerusalén.

Uno de estos movimientos está compuesto por diferentes vertientes de evangélicos que tienen el dispensacionalismo como sistema interpretativo de las profecías del tiempo del fin. No podemos entrar ahora en detalle con respecto al dispensacionalismo,² pero sí podemos detallar que los dispensacionalistas argumentan que el Templo de Jerusalén debe ser reconstruido, y que el culto sacrificial debe reanudarse, antes de que las profecías del tiempo del fin puedan cumplirse. Aquí coinciden al menos con ciertas ramas del judaísmo, que también están proponiendo la reconstrucción del Templo de Jerusalén y la reanudación de sus servicios, incluyendo los sacrificios.

Si hay tantos interesados, ¿por qué no han reconstruido ya el Templo y reanudado sus servicios? El mayor obstáculo es la presencia del Domo de la Roca justo en el centro del Monte del Templo (o también llamada la explanada de las mezquitas). La presencia de los musulmanes contamina el lugar (desde el punto de vista ritual) y hace imposible la reanudación de los servicios del Templo.

Uno de los movimientos más activos en pro de la reconstrucción es el Instituto del Templo, que, según su propia presentación, “se dedica a todos los aspectos del Templo Sagrado de Jerusalén y al papel central que desempeñó y volverá a desempeñar en el bienestar espiritual de Israel y de todas las naciones del mundo”. El Instituto del Templo está dirigido por el rabino Yisrael Ariel, y ya tiene preparado todo un juego de los “utensilios” (ver Dan. 1:2) que se utilizaban en los servicios del Templo en tiempos del Antiguo Testamento, además del ropaje sacerdotal y otros elementos indispensables para la reanudación de sus servicios.³

Y aquí viene lo interesante. Durante décadas, los judíos no podían ir a la explanada del Monte del Templo ni siquiera para orar. Pero, en la última celebración judía de las fiestas del Antiguo Testamento, ¡casi seis mil judíos ascendieron y oraron en el Monte del Templo durante la fiesta de Sucot (Fiesta de las Cabañas, o Fiesta de los Tabernáculos)!⁴

Como Iglesia Adventista, no utilizamos el marco del dispensacionalismo para interpretar las profecías del fin, ni creemos que la reconstrucción del Templo y la reanudación de sus servicios sean condiciones indispensables para el cumplimiento de las profecías del fin.⁵ Sin embargo, este es el tiempo que tenemos para estudiar con detenimiento estas profecías, para no ser engañados y estar preparados para los momentos turbulentos que nos esperan a la vuelta de la esquina.

Referencias

1 Jonathan Landay, “Satellite photos show Israel hit Iran former nuclear weapons test building, missile facilities, researchers say”, Reuters, 28 de octubre de 2024, <https://www.reuters.com/world/middle-east/satellite-photos-show-israel-hit-iran-missile-fuel-mixing-facilities-researchers-2024-10-26/>

2 Recomiendo dos libros que pueden ayudar a darse una idea: Benjamin L. Merkle, Discontinuity to Continuity: A Survey of Dispensational and Covenantal Theologies (Bellingham, Washington: Lexham Press, 2020); Brent E. Parker y Richard J. Lucas, editores, Covenantal and Dispensational Theologies: Four Views on the Continuity of Scripture (Lisle, Illinois : IVP Academic, 2022).

3 “About the Temple Institute”, <https://templeinstitute.org/about-us/>

4 Ver la página de Facebook del Instituto del Templo: <https://www.facebook.com/share/p/cN6pxXqpw8vHwCSp/>

5 Ver, por ejemplo, el artículo de Ekkehardt Mueller, “Basic Questions About the Millennium, Part 2: The Issue of Dispensational Premillennialism”, Reflections 55, julio de 2016, < https://www.adventistbiblicalresearch.org/wp-content/uploads/2020/06/Reflections-55-7-16.pdf >