LA SALUD BUCAL DEL BEBÉ Y EL NIÑO

20 octubre, 2023

Hábitos determinantes que marcarán el futuro.

En relación con este tema, contamos con una ventaja: los dientes de leche son relativamente temporarios y son reemplazados progresivamente por otro conjunto de dientes en algún momento entre los 5 y los 12 años de edad. Es la manera que tiene el Creador de darnos otra oportunidad de tener un conjunto perfecto de dientes a pesar de los posibles accidentes y las caries de la niñez.

Este breve artículo repasará detalles simples, pero importantes, que debemos tener en cuenta para ayudar a que nuestros niños mantengan una buena salud bucal durante la niñez, preparándose así para lo que será una vida de sonrisas atractivas, saludables y cómodas.

A veces los padres se preocupan por cuánto tarda en salir el primero o los primeros dientes. Pero, a los odontólogos rara vez les quita el sueño el cronograma de salida de dientes porque (a menos que los dientes se desarrollen anormalmente) no es importante, y poco se puede hacer para cambiar ese proceso. Por lo general, los dientes de leche (de unos pocos hasta veinte) surgen hacia los dos o tres años de edad. La salida de dientes puede provocar fiebre e irritabilidad. La salivación –que a veces acompaña la salida de los dientes– rara vez requiere ser tratada, si bien es algo que preocupa a las madres.

Más importante es el trabajo fundamental de hacer que esos dientecitos no tengan caries. Todo alimento o bebida con calorías puede constituir el sustrato donde se multiplican las bacterias, y estas causan caries. Por ello, es muy importante pasar al bebé un dedo envuelto en un paño por los dientes, y si el niño es mayor, cepillarle los dientes cada vez que se va a dormir a la noche o al menos una vez al día.

Los niños que habitualmente duermen con alimento en los dientes, aun la leche materna, tienen mayores probabilidades de desarrollar caries, que pueden producir dolor, infecciones y pérdida de las piezas dentarias. Es especialmente importante limpiar y cuidar bien los primeros molares permanentes (los primeros dientes de adulto), que salen cuando el niño tiene unos seis años.

No es conveniente dejar solos a la mayoría de los niños a la hora de cepillarse los dientes. Y (a veces) los padres se quejan de que los niños no los dejan cepillarles los dientes. Es la responsabilidad ineludible de los padres fijar una estrategia que haga de la higiene oral adecuada una experiencia diaria, continua, esperada y no negociable. En ocasiones, solo necesita asociarse con un relato, un momento feliz juntos o alguna otra recompensa no alimentaria.

A medida que los bebés crecen, ya no necesitan comer tan seguido y, tan pronto como sea posible, deberían tener un período de dos horas, de mañana y de tarde, cuando solo tomen agua. Las cajitas de jugos son muy populares para los niños, pero muy malas para los dientes. El uso constante de vasitos con sorbete y el uso prolongado del biberón, el chupete o chupón, o de chupar su dedo o la manta para calmarse, etc., puede hacer que los dientes adopten una posición artificial.

Si bien es algo que se puede corregir, con el tiempo eso puede complicar la disposición de los dientes permanentes. Hay que sopesar los beneficios psicológicos de aquellos elementos respecto del perjuicio que pueden causar a la dentición. Un profesional, especialmente un odontólogo pediatra, puede ayudar con estas cuestiones. Brindar atención a la dentadura en el hogar, en el que el niño se familiariza con la buena higiene bucal (antes de que sea necesario un tratamiento), es de suma utilidad para el bienestar oral a largo plazo.

Doyle Nick

Artículos relacionados

CÁNCER: DATOS PARA PENSAR

CÁNCER: DATOS PARA PENSAR

¿Puede marcar alguna diferencia seguir el mensaje adventista de salud? El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo después de las enfermedades cardiovasculares (ataques cardíacos y derrames). En 2020, el cáncer provocó, aproximadamente, diez millones de...

PENSAR EN POSITIVO

PENSAR EN POSITIVO

Un hábito que solemos practicar muy poco. Una paciente, preocupada y ansiosa, me confesó que a la mañana siguiente debía enfrentar un caso muy difícil. Tenía que atender a una persona bipolar que solía hablar aceleradamente y a quien le salían las palabras a...

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *