EL VALOR DE LA CREATIVIDAD

15 septiembre, 2023

“Crea en mí un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Sal. 51:10).

Me encanta leer. Muchas veces quedo fascinado por la capacidad narrativa de los grandes escritores, como Dostoievski, Kafka y Balzac, entre otros. Es increíble ver cómo construyen un deslumbrante universo ficticio; un mundo de situaciones, personajes y asuntos que delatan una imaginación singular e insólita, unas notables riqueza y originalidad expresivas. Otros pueden quedar impactados por la creatividad de las obras pictóricas, del arte musical o de otras manifestaciones de la belleza. La creatividad nos abre a nuevas experiencias, a pensar en formas novedosas, a concebir cosas de formas diferentes. Constituye un encuentro gozoso con el ingenio y la inventiva humanos, una forma de ejercitar los recursos del pensamiento.

Durante mucho tiempo, los investigadores se han interesado en distinguir entre “grandes” y “pequeños” usos de las fortalezas de carácter; por ejemplo, la creatividad puede observarse en las grandes realizaciones, como la Sinfonía 9 de Mozart y la Noche estrellada sobre el Ródano, de Van Gogh; pero también en la decoración de las flores sobre la mesa de la cocina.

Los estudios estadísticos correlacionales han descubierto que la creatividad se relaciona con la curiosidad, la valentía para pensar diferente y no quedar atrapado en la rutina. También se relaciona con la sabiduría y el entusiasmo.

Igual que otras virtudes del carácter, esta fortaleza puede ser infrautilizada o sobreusada. La primera actitud es caer en el conformismo, que la asfixia o la extingue. La reacción opuesta consiste en adoptar conductas excéntricas, al intentar exagerar el don o exhibirlo como algo grandioso.

Todo lo dicho hasta este momento hace conveniente ejercitar la creatividad en la vida cotidiana. Precisamente lo que te propongo este mes es promover la creatividad. ¿Cómo hacerlo? Por ejemplo, desarrollando el pensamiento divergente; esto es, generando múltiples soluciones alternativas ante un problema. También ayuda hacer una lluvia de ideas sobre posibles soluciones.

Somos creativos, por ejemplo, cuando pensamos en nuevas maneras de contarle un cuento a nuestro hijo, cuando descubrimos otras formas de ordenar los muebles o cuando variamos los lugares al hacer las caminatas. La cuestión es no repetirse sino innovar, buscando lo distinto, novedoso y atractivo; siempre teniendo en cuenta lo que Dios dice en su Palabra y obedeciendo sus mandamientos.

¡Mucho éxito en descubrir tu mejor manera de ser creativo!

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