“¿QUIÉN ES DIOS?”

5 diciembre, 2022

La implicación del nombre “Misael”.

Cerramos el año completando la serie de reflexiones que toman como base los nombres de los cuatro jóvenes hebreos que estuvieron en Babilonia y dieron testimonio de su buen Dios.

En esta ocasión hablaremos de Misael. El nombre de este joven valiente, al igual que sus tres compañeros en el exilio, es también teofórico. Misael no está compuesto por el nombre propio de Dios, como sucede con Ananías y Azarías. Su nombre tiene tres componentes. El primero es la partícula interrogativa Mi, que significa “¿quién?” Luego, aparece sha, que significa “quien”. Finalmente, el nombre termina con el sustantivo el, que significa “Dios”. Así, su traducción sería la pregunta retórica: “¿Quién es el que es Dios?”

Esta pregunta se resuelve de una manera magistral a lo largo del libro de Daniel. En primera instancia, en el capítulo 1, parece que el Dios de Misael no es tan fuerte o poderoso como la Biblia narra. Jerusalén está saqueada; y su lugar de culto, destruido.

En el pensamiento del Antiguo Cercano Oriente, las guerras se obtienen no solo por el poderío bélico, sino fundamentalmente por el favor de la divinidad del pueblo victorioso. De este modo, el Dios de Israel parece ser derrotado.

Sin embargo, el libro de Daniel describirá la victoria y la superioridad de Dios en varias ocasiones.

En el capítulo 1, al cerrar la narración de la llegada de los cuatro jóvenes hebreos a Babilonia y su preparación académica para servir en la Casa Real, los cuatro jóvenes hebreos fueron hallados diez veces mejores que los demás. Lo interesante es que el texto declara que es Dios quien les dio la inteligencia para ser considerados mejores que los demás (Dan. 1:17). De esta manera, la supuesta derrota de la conquista queda revertida por la victoria sobre los sabios de Babilonia, y se demostró que Jehová es realmente el Dios de la sabiduría.

En el capítulo 2, tras la incapacidad de los sabios, los magos y los astrólogos de Babilonia para revelar el misterio del sueño del rey, se le revela de parte de Dios a Daniel lo que el rey pedía (Dan. 2:19). El hecho de que Daniel pudiera revelar no solo la interpretación sino también el sueño del rey evidenció que los sabios del reino realmente no podían comunicarse con sus deidades (Dan. 2:11). Al contrario, el rey Nabucodonosor termina reconociendo que el Dios de Daniel, y no sus dioses, es capaz de revelar los misterios (Dan. 2:47).

Así, el Dios de Israel gana una victoria por sobre los sabios babilonios, ya que Dios es el único capaz de revelar los misterios. ¿Quién es el que es Dios? Definitivamente, ningún dios babilonio, sino el Dios de Israel.

En Daniel 3 y 6 encontramos historias paralelas en las que la fidelidad de los hijos de Dios se convierte en el móvil por el cual los fieles jóvenes hebreos sufren penalidades. Es interesante notar que, en Daniel 3, el rey Nabucodonosor, ante la negativa de los jóvenes hebreos de adorar la imagen erigida por él, dijo: “¿Y qué dios será aquel que os libre de mis manos?” (Dan. 3:15). Esta pregunta es de alguna manera paralela a la pregunta que se desprende del nombre de Misael.

Al final del capítulo, el Dios de los jóvenes hebreos se sobrepone a cualquier deidad babilónica, por lo cual su victoria en esta ocasión es sobre cualquier deidad de la época, pues fue capaz de liberar a los suyos. Incluso, el rey declaró que no hay dios alguno que pueda liberar como lo hizo el Dios hebreo (Dan. 3:29).

Finalmente, en Daniel 12 encontramos la aparición de Miguel, personaje que libera al pueblo de Dios de la persecución más feroz que habrá sobre la Tierra en el contexto del tiempo del fin.

Miguel es aquel que es Dios. Es Miguel aquel que puede contra los príncipes de las tinieblas (Dan. 10:13, 21). Miguel, que no es otro que Jesús, es quien gana la victoria en favor de los que confían en él, y por medio de él la resurrección y la vida eterna son posibles.

Que al terminar este año, tu respuesta a Misael sea MIGUEL. ¡Maranatha!

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