LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE

21 marzo, 2022

Cómo Dios nos protege en la batalla contra el enemigo.

Creo que el sueño de todo niño alguna vez fue ser invisible. Así, podríamos jugar o entrar en lugares sin ser vistos, a fin de realizar alguna travesura.

Y, cuando ya fuiste grande, cuántas veces deseaste ser invisible para tus problemas; invisible para ese padre abusador; invisible para ese compañero que te hacía objeto de bullying

Ante estas tormentas, encontramos refugio en la Palabra de Dios: “Él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal, me ocultará en lo reservado de su morada” (Sal. 27:5). Así, llegó la enfermedad, pero no se quedó; y llegó el problema, pero no se quedó. Si vives en el lugar de fe, el enemigo no te podrá ver. ¿De cuántas cosas más te habrá librado el Señor, y tú no lo sabes? Solo en el cielo lo sabrás. Él permitió solo algunas dificultades, de modo que puedas crecer y fortalecer tu carácter.

Creo, fielmente, que en esta vida solo enfrentamos el veinte por ciento de las dificultades que podríamos afrontar; el ochenta por ciento restante somos invisibles para el enemigo porque Dios interviene fuertemente, ya que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar.

En el norte de Chile conocí a Francisco, un hermano de iglesia a quien le encantaba jugar al fútbol. Para eso, alquilaban cada semana una cancha que se situaba en un barrio muy peligroso de la ciudad, y siempre se preocupaban de no terminar muy tarde el partido, por los asaltos. Una noche, Francisco se quedó más de la cuenta en las duchas y salió cuando todos ya se habían ido. En vano intentó llamar a un taxi. Pronto se dio cuenta de que no tenía otra opción más que orar y salir caminando, sabiendo que podría pasar lo peor. Precavido, sacó su celular y todo el dinero que portaba, y lo llevaba en su mano, en el intento de entregarlo pronto y sin violencia. Se acercó a una esquina donde estaba un grupo de jóvenes muy sospechoso. Sin embargo, al verlo, no hicieron absolutamente nada.

A la semana siguiente, faltaba un jugador para el partido, y se les acercó uno de los jóvenes que aquella noche había estado en la esquina. Era el narcotraficante del barrio; así que, no se le podía decir que no jugara. Al término del partido, este joven le preguntó a Francisco dónde estaban los guardaespaldas con los que caminaba por las noches. “Fue por ellos que no te asaltamos aquella vez. Cada uno medía como dos metros, tenían ropa y calzado deportivo de mucho valor”.

Sorprendido, Francisco le contestó que no tenía custodia alguna. Tiempo después de ese episodio, el joven jefe de los narcos comenzó a estudiar la Biblia, porque comprendió que lo que vio fueron ángeles que cuidaban de un hijo de Dios, y deseaba esa misma protección para él.

Ahora que estás leyendo este artículo, haz una pausa y repite conmigo: “Gracias, Padre, por salvarme de tantos problemas que solo en el cielo sabré. Gracias, porque has hecho invisible del enemigo a mi familia. Gracias, porque me has hecho invisible para aquellos que me quieren hacer daño”.

Recuerda que si vives con fe estarás protegido por el poder de Dios. Te invito a confiar en forma total y radical, no a medias, ya que para Dios eres su más preciado tesoro. Y recuerda que lo que enfrentas es lo que Dios permite que enfrentes. Vive confiando, y agradecido por la protección del Creador.

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1 Comentario

  1. Santos Corrales

    Excelente! El cuidado permanente de Dios es motivo para agradecer.

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