YA CASI ESTAMOS EN CASA

06/01/2025

Un nuevo año para renovar la esperanza.

El año 2024 ya es historia. ¿Cómo fue tu vida espiritual y misionera el año pasado? ¿Produjiste buenos frutos para Dios, tu familia, tu iglesia, tus amigos y tu comunidad? Al respecto, comparto los pensamientos de algunos de nuestros hermanos y hermanas que viven en diferentes partes del territorio de la División Sudamericana.

“He alcanzado una mayor madurez estudiando la Biblia todos los días para conocer más Dios. He compartido la Palabra de Dios en la iglesia, con mi grupo pequeño, mi familia y mis amigos. Doy gracias a Dios por su bondad y por el privilegio de llevar esperanza. Hoy, más que nunca, se nos insta a compartir el mensaje de salvación. No debemos perder de vista esta responsabilidad. Mantengamos la pureza de la verdad que proclamamos y no nos desviemos de nuestras creencias fundamentales” (Nivio Freddy Ortiz Morán, anciano de iglesia).

“En 2024 comencé un viaje misionero increíble. Tuve la dicha de ser usada por Cristo para bendecir la vida de mi amiga Valentina. Pude compartir estudios bíblicos con ella, y llevarla a la iglesia y al Club de Conquistadores. Ahora, la acompaño en su decisión de bautizarse. Ha sido una experiencia emocionante y gratificante. Alabo a Dios por ello. Nunca te rindas, incluso en medio de los altibajos, el Señor sigue amándonos con un amor inquebrantable. Es un Padre presente. Una de las mejores maneras de sentir la presencia de Jesús en nuestra vida es involucrarnos en la predicación del evangelio. Comparte las verdades de la Palabra de Dios con el mayor número de personas posible. No solo estarás transformando vidas, sino también preparándote para el día en que oigas estas palabras de Jesús: ‘Bien, buen siervo y fiel. Ven a vivir conmigo para siempre’ ” (Ellen Kelly Silva Monteiro, adolescente).

“Mi camino espiritual ha estado marcado por luchas y victorias. En cada desafío, he sentido la mano de Jesús sosteniéndome con su fiel diestra. Él ha sido mi fuerza y mi seguridad en cada paso que he dado. Mi sentimiento es de gratitud. Ver a las personas entregar su vida a Cristo a través de esta misión es algo que llena mi corazón de alegría y esperanza. No hay nada más gratificante que participar en esta obra que transforma vidas para la Eternidad. Dediquemos tiempo a Dios y a su obra. Cuando hacemos esto, nuestra vida se vuelve rica, abundante y verdaderamente feliz. Así, estaremos preparados para permanecer firmes hasta el día en que él venga” (Ediane Soares De Oliveira Oliveira, colportora).

“Mi vida espiritual en 2024 era muy tranquila. Me di cuenta de que una vida espiritual saludable es una vida en movimiento. Participé en varios proyectos misioneros, tanto locales como en el extranjero. Me involucré en la misión, intenté llevar a cabo mi devoción personal a diario, salí de mi zona de confort y me dejé guiar por donde Dios quería llevarme. Me di cuenta de que ser cristiano no consiste solo en oír hablar del amor de Dios, sino en compartir ese amor. Un día teníamos sed y recibimos este mensaje de esperanza a través de alguien. Tenemos que buscar a los que nos rodean sedientos de esta agua viva y cumplir nuestro papel de llevar el amor de Dios a los que nos rodean” (Jéssica Fontanna, profesora).

“Nací en una familia adventista, pero tenía miedo de hacer algo más en la iglesia. Lo dejé en las manos de Dios y él fue guiando el camino. Ya trabajo como anciano de iglesia, director de Jóvenes, director de Mayordomía Cristiana y diácono. Esto ha sido posible gracias a la guía de Dios. Solo necesita que digamos sí a su llamado. Entonces él nos guiará y nos ayudará a cumplir su obra. Estoy terminando el colegio secundario para estudiar Teología y pronto, si Dios quiere, podré ser pastor. Si hubiera dicho que sí hace mucho tiempo, ¿cuánto más podría haber ayudado? Así que, querida iglesia del Señor, no esperes a que pase el tiempo, y vayamos juntos a predicar el evangelio para que vuelva nuestro Jesús” (Otavio Fernandes de Souza, Conquistador).

“A partir de la comunión diaria con Jesús, la Fuente de la vida eterna, he podido servir sanando y enseñando el evangelio del Reino a pacientes y amigos, cosechando frutos para el Cielo. Que la iglesia local continúe enfocando, motivando y actuando en evangelismo práctico. Prediquen la Palabra e inviertan en acciones vinculadas al trabajo médico-misionero” (Dr. Fabiano Luz).

“Los momentos de confraternización me sostienen y se reflejan en el cumplimiento de la misión. Este año, entre tantos proyectos y desafíos, he sentido la mano fuerte de Dios guiando mi vida personal y mi ministerio. En jornadas espirituales y amaneceres con Dios, mi comunidad y yo hemos avanzado bautizando muchas almas para el Reino. Deseo para mi amada iglesia que estemos preparados para el regreso de Cristo; y que a través de nuestras palabras y actos podamos predicar del regreso de Jesús. Que tengamos sabiduría, humildad y el deseo ferviente de apresurar este gran día” (Pr. Alexandre Ferreira de Souza).

“2024 fue el mejor año de mi vida, porque pude ver a Dios usándome a mí, a mi marido y a mis hijas como instrumentos suyos para su honra y gloria. Soy evangelista y tengo la alegría de dirigir puntos de predicación, participar en el Proyecto Caleb, en la evangelización de mujeres y en la Semana Santa. Mi mayor alegría es involucrar a mi familia en estos ministerios y juntos llevar esperanza a muchos corazones. El año pasado, tuvimos la inmensa alegría de ver a 18 personas entregarse a Jesús a través del bautismo. Cada decisión es una respuesta al llamado de Dios y un testimonio de lo que él puede hacer a través de vidas dispuestas a servir. No siempre entendemos la razón de los desafíos, pero necesitamos recordar que nuestro Dios es fiel, amoroso y poderoso. Sus planes son infinitamente mejores que los nuestros. Vivamos cada día con esta confianza, seguros de que Dios está obrando y nos conduce a la victoria final” (Ángela María Peres Soares de Sousa).

“La misión me abrió los ojos para ver los milagros cotidianos que Dios obraba en mí y a través de mí. Mi deseo sincero era servir de forma auténtica. Pronto me di cuenta de que, para ello, necesitaba depender más de Dios. Pasé por muchos procesos, fui moldeado, desafiado, y Dios me quebró muchas veces. Empecé a darme cuenta del valor de pasar tiempo de calidad con Dios. Con mucha oración, pude ver a Dios obrando en mi vida y ser un instrumento en sus manos. ‘Alegraos en la esperanza, sed pacientes en la tribulación y perseverad en la oración’, dice Romanos 12:12. Entrega tu vida en las manos de Cristo para que puedas experimentar las cosas extraordinarias que él ha preparado. El Señor me ha llamado, aunque soy una persona imperfecta, a una misión divina. De la misma manera, ha llamado a todos. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad y llevar el nombre de Dios con nosotros, como nuestra identidad. Lo digo por experiencia personal: Merece la pena vivir, por lo extraordinario que es Dios” (Manuelle Camilo, voluntario del programa OYiM 2024 de la División Sudamericana).

Les deseo a todos un muy feliz 2025 recordando las palabras de Pablo a Timoteo: “Pelea la buena batalla de la fe. Echa mano de la vida eterna, a la que fuiste llamado cuando hiciste buena confesión ante muchos testigos” (1 Tim. 6:12). Y también las de Elena de White: “Nunca hubo otro tiempo más solemne en la historia del mundo que este, en el que vivimos. Nuestros intereses eternos están en juego” (Nuestra elevada vocación, p. 3). “Ya casi estamos en casa. El Señor viene. Levante la vista y regocíjese, porque su redención está cerca. Veo en Jesús a un Redentor compasivo y amante, que puede salvar hasta lo sumo a los que acuden a él. Deposite todo el peso de su ser en las promesas de Dios. Crea; tiene el privilegio de creer” (Cada día con Dios, p. 7).

¡Tengamos un año lleno de más bendiciones y más cerca de Dios! ¡Queremos ver a Jesús regresar pronto!

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