SUDAMÉRICA EN LOS CONGRESOS DE LA ASOCIACIÓN GENERAL

Tor Tjeransen / AME (CC BY 4.0)

07/07/2025

¿Qué eventos tuvieron especial significado para los países de la División Sudamericana?

Eric E. Richter, editor en la ACES.

Foto: Tor Tjeransen / AME (CC BY 4.0)

Cada cinco años los adventistas del séptimo día de alrededor del mundo tienen la oportunidad y el privilegio de reunirse como iglesia para alabar a Dios, planificar el avance de la misión y elegir a sus representantes y líderes por el siguiente quinquenio. Aunque cada una de estas asambleas es única y especial, algunas de ellas han sido de particular significancia para los adventistas de Sudamérica. Te invito a conocer sus historias.

1886: La primera mención de Sudamérica

El viernes 19 de noviembre de 1886 se mencionó a Sudamérica por primera vez en las deliberaciones de un congreso de la Asociación General. Durante el 25º Congreso (que se llevó a cabo del 18 de noviembre al 6 de diciembre de 1886 en Battle Creek, Michigan), se registró: “Se leyeron cartas [procedentes] de Sudáfrica y se hicieron interesantes comentarios acerca de la introducción de la verdad allí y en Sudamérica”.1 Esta fue una reacción a cartas que se habían recibido de Brusque, Brasil,2 y de Colonia Esperanza, Argentina,3 de personas que habían encontrado literatura adventista y aceptado sus enseñanzas.

Dado que Dios estaba abriendo las puertas en estos lugares, el congreso registró el siguiente voto: “Considerando que durante años el llamado macedónico ha estado viniendo de Sudáfrica, Sudamérica, la Honduras británica y otros campos. […] Esta Asociación ha recomendado que pastores y colportores vayan a estos distintos campos y que una misión sea establecida en Sudáfrica y que la obra sea abierta en Sudamérica”.4

1889: Los primeros misioneros a Sudamérica

Aunque se reconocía la imperiosa necesidad de enviar misioneros a Sudamérica, no era fácil encontrar personas con el perfil adecuado. Por ese motivo, el 33º Congreso de la Asociación General, reunido del 15 de febrero al 7 de marzo de 1899 en South Lancaster (Massachusetts), registró el siguiente voto: “[Dado] que Sudamérica ofrece muchos campos prometedores para colportores, […] que la Junta de Misiones [Extranjeras] sea instruida para seleccionar en la fecha más temprana posible, personas apropiadas para los lugares que necesitan obreros, y enviarlos a la obra tan pronto como los fondos en la tesorería lo permitan”.5

La Asociación Internacional de la Escuela Sabática (que posteriormente se convertiría en el Departamento de Escuela Sabática de la Asociación General) se encargó proporcionar los fondos para financiar la misión a Sudamérica, ya que destinó todas las ofrendas misioneras de julio a diciembre de 1890.6 Mientras tanto, la Junta de Misiones recomendó a tres colportores: Elwin W. Snyder (1865-1919), Clair A. Nowlen (1865-1961) y August B. Stauffer (185-1926) para que vayan como misioneros a Sudamérica. El líder de este grupo era Snyder, quien previamente se había desempeñado como director de colportaje de la Asociación de Pennsylvania.

Los tres colportores arribaron en Montevideo el 10 de diciembre de 1891. Sin embargo, debido a las dificultades que presentaba la ciudad, a los pocos días de mudaron a Buenos Aires, que se convirtió en su base de operaciones. Durante los años siguientes viajaron a lo largo y ancho de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. Stauffer fue el primer misionero adventista en ingresar a este último país.

En esta época de la Iglesia Adventista, muchas de las iniciativas misioneras no pasaban necesariamente por un congreso de la Asociación General. La Junta de Misiones Extranjeras se encargaba de gestionar mucha de la obra misionera en países extranjeros. Por este motivo, el envío del primer pastor ordenado a Sudamérica no pasó por un congreso. La Junta Directiva de la Junta de Misiones Extranjeras votó el 13 de abril de 1894 que “el pastor Frank H. Westphal fuera a Argentina, Sudamérica, y que la convierta en su campo de trabajo”; y el 11 de septiembre del mismo año votó que “el pastor F. H. Westphal sean nombrado Superintendente de los campos misioneros de Brasil y Argentina”.7

El 18 de agosto de 1895, Frank Westphal y su familia llegaron el puerto de Buenos Aires, siendo el primer pastor ordenado en entrar a este territorio.

1895: Primera delegación de Sudamérica

El 31º Congreso de la Asociación General, llevado a cabo del 15 de febrero al 4 de marzo de 1895, en Battle Creek (Michigan), fue el primer en contar con un representante de Sudamérica entre los 15 delegados que asistieron a la asamblea. Elwin W. Snyder, quien por ese entonces era el líder del grupo de colportores que trabajaba en Sudamérica, regresó a los Estados Unidos para participar de la asamblea de la Asociación General como el primer representante del territorio sudamericano que se tenga registro.8

Aunque él solo era un misionero norteamericano y no era realmente un delegado local, su participación en el congreso le dio voz a las necesidades y desafíos que Sudamérica presentaba.

1909: El primer delegado local

En el 37º Congreso de la Asociación General, realizado en Washington, D. C., del 13 de mayo al 6 de junio de 1909, por primera vez un local sudamericano participó como delegado. Aunque Eduardo Thomann (1874–1955) había nacido en Suiza, siendo aun un niño pequeño su familia emigró a Chile, donde se naturalizó. A principios de 1896 fue bautizado como adventista del séptimo día en Santiago de Chile. Luego de su conversión, Eduardo trabajó como colportor, predicador, editor, traductor e impresor. Fue quien se encargó de editar e imprimir por primera vez las revistas Señales de los tiempos (1900) y la Revista Adventista (1901).

En 1904, la Unión Sudamericana aprobó la ordenación pastoral de Eduardo Thomann y en 1909 fue elegido delegado del congreso de la Asociación General. Fue el primer delegado sudamericano que no era un misionero estadounidense, sino una persona criada y bautizada en tierras sudamericanas.9

1918: Aceptación de la División Sudamericana

A medida que el mensaje adventista iba difundiéndose y fortaleciéndose en Sudamérica, también se iba desarrollando la estructura organizativa. En el Concilio Anual de la Asociación General de 1915 se aprobó la creación de la División Sudamericana, que incluiría las Uniones Argentina, Brasileña e Incaica.10 Al año siguiente, el 6 de febrero de 1916, fue creada oficialmente la “División sudamericana de los adventistas del séptimo día” durante una asamblea realizada en la ciudad argentina de La Plata.11 Sin embargo, por una cuestión reglamentaria, la creación de cualquier nueva entidad organizativa requiere su aceptación por parte de la iglesia mundial. Por ese motivo, en el 39º Congreso de la Asociación General, realizado en San Francisco, California, del 29 de marzo al 14 de abril de 1918, el pastor Oliver Montgomery (1870-1944), el primer presidente de la División Sudamericana se paró frente a los 443 delegados que asistían al congreso y les dijo: “Deseo solicitar, de parte de esta División, que sea admitida en la hermandad de las divisiones y propongo que [esta moción] sea aprobada”. Las actas del congreso registran que “la moción fue debidamente secundada y aprobada unánimemente”.12

1975: Primer presidente sudamericano

Desde su establecimiento, diferentes pastores fieles y consagrados ocuparon el puesto de presidente de la División Sudamericana. Entre ellos se cuentan Oliver Montgomery (1916-1922), Charles Thompson (1922-1923), Peter E. Brodersen (1924-1926), Carlyle B. Haynes (1926-1931), Nels P. Neilsen (1931-1941), Reuben R. Figuhr (1941-1950), Walter E. Murray (1950-1958), James J. Aitken (1958-1966) y Roger A. Wilcox (1966-1975). Sin embargo, todos ellos habían sido misioneros provenientes del extranjero (principalmente norteamericanos) y aun ningún pastor sudamericano había ocupado este puesto. En 1975, durante el 52º Congreso de la Asociación General, llevado a cabo del 10 al 19 de julio de 1975 en Vienna, Austria, esto cambió.

El lunes 14 de julio de 1975 fue aprobada la nominación de Enoch de Oliveira como nuevo presidente de la División Sudamericana, cargo que ocupó entre 1975 y 1980.13 Originario de Curitiba, estado de Paraná, Brasil, el pastor Oliveira fue el primer sudamericano en presidir la División Sudamericana.

Luego de su nombramiento, expresó unas pocas palabras: “Hemos estado proclamando la bendita esperanza en Sudamérica, y gracias a Dios y a la dedicación de nuestros obreros y laicos, el movimiento adventista ha establecido raíces profundas y alcanzado una notable vitalidad. Nosotros en Sudamérica estamos confiados que, bajo la guía de Dios, y mediante y por él, grandes cosas serán logradas”.14 Que estas palabras sean una realidad, y que mediante el poder de Dios grandes cosas se hagan en Sudamérica.


Referencias

1     “General Conference Proceedings: Twenty-Fifth Annual Session”, Review and Herald, 23 de noviembre de 1886, p. 8.

2     Véase “From Russia and South America”, Review and Herald, 5 de enero de 1886, p. 13.

3     “The agencies which God employs”, Review and Herald, 16 de junio de 1886, p. 10.

4     “General Conference Proceedings: Twenty-Fifth Annual Session”, Review and Herald, 14 de diciembre de 1886, p. 9.

5     “General Conference Proceedings – Nineteenth Meeting”, General Conference Daily Bulletin, 6 de noviembre de 189, p. 154.

6     “International Sabbath-School Association”, General Conference Daily Bulletin, 22 de noviembre de 1889, p. 162.

7     Actas de la Junta de Misiones Extranjeras, pp. 92, 118. Disponible en: documents.adventistarchives.org/Minutes/FMBM/FMBM18920727.pdf

8     J. W. Scoles, “General Conference Notes”, Review and Herald, 19 de febrero de 1895, p. 1.

9     “Delegates to the General Conference”, General Conferece Bulletin, 14 de mayo de 1909, p. 2; “Notas editoriales”, Revista Adventista, julio de 1909, p. 16.

10    William A. Spicer, “Report of the Biennial Council of the General Conference Committee”, Review and Herald, 2 de diciembre de 1915, p. 6.

11    “Organización de la División Sudamericana de los adventistas del séptimo día”, Revista Adventista, marzo-abril de 1906, p. 5, 6.

12    “General Conference Proceedings – Thirty-Ninth Session of the General Conference”, General Conference Bulletin, 1 de abril de 1918, pp. 2-3.

13    “Nominating Committee Report — No. 3”, General Conference Bulletin, 15 de julio de 1975, p. 5.

14    Raymond F. Cottrell, “The significance of the session”, Review and Herald, 7-14 de agosto de 1975, p. 23.

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