Repasamos cinco efectos positivos de la religión que Jesús nos enseñó.
Pertenecer a una comunidad religiosa como la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene resultados determinados sobre nuestra salud. Nuestras acciones y nuestros pensamientos influyen sobre la salud mental y física. Se ha investigado mucho el efecto de la religiosidad y la espiritualidad sobre la salud, y hay claros beneficios. Por ejemplo, existe un menor porcentaje de adicciones en las familias que asisten a una iglesia, y tienen una reducción de la presión arterial.
Es interesante ver que la religión que vino a enseñar Jesucristo aquí, en la Tierra, es la que más efecto positivo tiene sobre la salud. Veamos y analicemos cuáles son:
1- El agradecimiento: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tes. 5:18). El espíritu agradecido hacia Dios y las personas con las que nos relacionamos es sinónimo de un espíritu positivo. Al sentirnos sinceramente agradecidos, aumenta la liberación de la hormona oxitocina, que cumple una función protectora sobre el sistema cardiovascular. Aunque las circunstancias que nos rodean no sean del todo favorables, es nuestra actitud lo que determina en qué se detienen nuestros pensamientos. Tenemos mucho para agradecer a Dios, y puede ser esto nuestro deleite y felicidad.
2- El perdón: “Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal” (Mat. 6:12, DHH). Pedir ayuda a Dios para recibir más del Espíritu Santo y, por ende, más de su amor y su perdón es orar con la certeza de que él nos va responder. Efectivamente, en Lucas 11:13 dice: “Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! (DHH)”. Guardar rencor aumenta el estrés, con sus efectos nocivos sobre nuestro organismo. No permitamos que alguna situación difícil de la vida afecte nuestra salud.
3- La confianza en Dios: Depositar nuestras preocupaciones y nuestras tareas en manos de Dios, confiando en que él es quien dirige nuestra vida, alivia el estrés. Dios tiene planes distintos de los nuestros. Sus pensamientos son de paz. Por supuesto que muchas veces la angustia es tan grande que no podemos sentir la presencia de Dios a nuestro lado. Es en los momentos más difíciles cuando más tenemos que orar, con la confianza plena en que él está con nosotros. Dios nunca falla al que ora en forma sincera. En los Salmos, muchas veces encontramos al salmista angustiado, pero concluye el salmo expresando su confianza en Dios. Él está dirigiendo todo. Dejemos nuestras preocupaciones en sus sabias manos.
4- El altruismo: “Hay más dicha en dar que en recibir” (Hech. 20:35, NVI). Dar trae consigo muchos beneficios a nuestra vida. Alguno de ellos son: la presión arterial disminuye, la frecuencia cardíaca es más lenta y disminuyen las hormonas relacionadas con el estrés. También aumenta la expectativa de vida, disminuye la posibilidad de padecer enfermedades físicas o mentales, y hasta los días de enfermedad son menos. El principio de ser dadivosos es un principio que debemos inculcar a nuestros hijos desde los primeros años de vida, ya que es algo que ayuda a su felicidad y su madurez.
5- El descanso semanal: Nuestro cuerpo se rige por un ritmo circadiano relacionado con el día y la noche, y también con un ritmo semanal. El descanso semanal no es algo impuesto socialmente, sino que es nuestro organismo el que está diseñado con este ritmo innato. Se ha encontrado en organismos unicelulares, en plantas, en las abejas, el mismo ritmo de siete días. Respetar el descanso semanal, como lo dice el cuarto Mandamiento en Éxodo 20, colabora positivamente con nuestra salud.
Lo importante no es solo ser un receptor de esta información, sino ver cómo transmitir este conocimiento a otras personas que no conocen el amor de Dios. Muchas veces no están dispuestas a escuchar sobre Dios y su Palabra, pero si, con sabiduría, les mostramos los beneficios de estos cinco puntos (y de otras tantas vivencias que hemos tenido), esto puede aumentar su predisposición a ser influidos por el Espíritu Santo.
Te invito a hacer de esto un motivo de oración y de acción.
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