Administradores y líderes de todos los campos de Sudamérica se reunieron para programar las actividades eclesiásticas de los próximos cinco años.
Entre el 11 y el 16 de agosto, todos los presidentes de campo de las uniones, asociaciones y misiones de la División Sudamericana (así como los líderes de los distintos departamentos) se reunieron en Foz de Iguazú (Brasil) para llevar a cabo el Concilio de Administradores y Departamentales (CADE). El objetivo central de este gran evento fue planificar y consolidar planes de impacto misionero para la predicación del evangelio en el próximo quinquenio en el territorio sudamericano.
El pastor Stanley Arco, presidente de la División Sudamericana, enfatizó que el proceso de estructuración de la Planificación Estratégica Integrada aún no se ha completado. La intención es que las metas, los objetivos y los indicadores específicos, definidos en los diferentes niveles jerárquicos (División, uniones, asociaciones y misiones), sirvan para que el cumplimiento de la misión sea una realidad concreta en las 30.363 congregaciones adventistas del territorio.

En este sentido, el Pr. Arco señaló que la Planificación Estratégica Integrada resultará en varios beneficios directos para el desarrollo de la Iglesia. Una de las ventajas es la cooperación de esfuerzos en la misma dirección, lo que permite que las iglesias locales también participen en el proceso. Además, el plan final ofrecerá respuestas claras sobre cómo evangelizar de manera más efectiva. “Habrá más diálogo entre las entidades en todos los niveles, y debemos consolidar una cultura constante de celebración de victorias, a través de revaluaciones periódicas. Queremos que todos estén alineados en el mismo propósito”, destacó.
El proceso de construcción de la planificación estratégica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Sudamérica es verdaderamente colaborativo. Comenzó en julio de 2024, a partir de una encuesta realizada a cuatro mil pastores que trabajan en el área administrativa, directores de departamento y pastores de distrito. El plan se estableció como respuesta a las necesidades identificadas en esta encuesta.
Desde entonces, se llevaron a cabo reuniones que involucraron a la División Sudamericana y a las uniones, para definir la estrategia general.
Con la guía de los directores de departamento de la División Sudamericana de la Iglesia Adventista, los líderes de todos los ministerios existentes actuarán como mentores, responsables de monitorear y ejecutar el plan en los diferentes niveles.
Como resultado, el papel de un director de departamento se expande: ya no se caracteriza predominantemente por la promoción de programas, proyectos o eventos, sino que también ahora será un mentor y formador de nuevos líderes.
Prioridades estratégicas
Otro paso relevante en el proceso de construcción fue la consolidación de cuatro prioridades estratégicas que guiarán el trabajo general de la Iglesia Adventista durante los próximos cinco años. Los cuatro frentes son: Identidad, Liderazgo, Nuevas generaciones y Discipulado.
Estas prioridades están conectadas con las llamadas acciones integradas, es decir, programas y proyectos desarrollados de
manera cohesiva en la mayoría de las congregaciones adventistas de Sudamérica. Las acciones integradas, que se conocen desde hace mucho tiempo, siguen siendo: 10 Días de Oración y 10 Horas de Ayuno, Impacto esperanza, Evangelismo de Semana Santa y Semana de la Esperanza.
El pastor Stanley Arco es optimista y estima que, para fines de 2025, el proceso ya se implementará en las congregaciones
locales. Así, ya será posible incluir cambios en los planes 2026, dentro del modelo de Planificación Estratégica Integrada.

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