“El dolor emocional no es algo que deba ocultarse y nunca hablarse. Hay verdad en el dolor y hay crecimiento en el dolor, pero solo si primero se saca a la luz”.
Steven Aitchison
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en el año 2030. ¿Conocías este dato? ¿Hablan de este tipo de temáticas en tu hogar y en tu iglesia o permanece como un tema tabú?
Las estadísticas informan que una de cada cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida. Es tan simple como esto: En una familia promedio, al menos uno de sus integrantes sufrirá de un trastorno mental como depresión, trastorno de ansiedad o trastorno de personalidad.
El 50 % de los problemas de salud mental en adultos comienzan antes de los 14 años; y el 75 %, antes de los 18. ¿Estamos haciendo algo para prevenir esto o seguimos pensando que este tipo de problemas se soluciona con una oración, sin más?
Cerca de un millón de personas se suicidan cada año, y es la segunda causa de muerte en personas de entre 15 y 29 años. ¿No te parece alarmante? ¡Individuos que recién están comenzando a vivir consideran quitarse la vida como último recurso!
Esta situación es grave, y mi pregunta continúa siendo la misma: ¿Qué estoy, o estamos, haciendo para prevenir esto?
Pues, por algún lado se empieza. Comencemos derrocando algunos mitos que están asociados a la salud mental, ¿les parece?:
Mito 1: “Los problemas de salud mental están asociados a un problema espiritual”. Falso. Los trastornos mentales no son unifactoriales (debidos a una sola causa). Por el contrario, se originan por una serie de factores combinados que terminan afectando el funcionamiento del cerebro; desde la genética hasta la crianza.
Mito 2: “Los/as niños/as no experimentan problemas de salud mental”. Falso. Incluso los niños pequeños pueden evidenciar señales de alerta temprana de problemas de salud mental. Estos problemas de salud mental a menudo son clínicamente diagnosticables, y pueden ser producto de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. El apoyo temprano en salud mental puede ayudar a un niño antes de que los problemas interfieran con otras necesidades del desarrollo.
Mito 3: “Las personas con problemas de salud mental son violentas e impredecibles”. Falso. La mayoría de las personas con problemas de salud mental no tienen más probabilidades de ser violentas que cualquier otra persona. De hecho, la gente con enfermedades mentales graves tiene diez veces más probabilidades de ser víctimas de delitos violentos que la población general.[1]
Mito 4: “No hay esperanza para las personas con problemas de salud mental”. Falso. Los estudios científicos muestran que las personas con problemas de salud mental pueden mejorar su sintomatología y vivir una vida como el resto de nosotros. Sin embargo, para que eso ocurra debe buscarse ayuda de profesionales idóneos (repito, idóneos); que no solo receten un medicamento, sino también ayuden a desarrollar herramientas en el propio individuo.
Líderes, padres, madres, abuelos y abuelas, maestros/as, directores… ¡basta de mirar hacia otro lado! Las estadísticas no mienten. ¿Qué está en tus manos para hacer?
Referencia:
[1] J. Swanson, “Violence and Mental Illness”, Harvard Review of Psychiatry (2021), 89(4), pp. 188-199.
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