Los caminos de Dios siempre son los mejores.
La época de Navidad es la que más me gusta del año. Incluso comienzo a escuchar música navideña en noviembre. Mi hijo también ya sabe que puede hacer su lista de regalos un mes antes.
Recuerdo que tenía ocho años y, junto con mi hermana, esperábamos la Navidad con mucha ansiedad. Queríamos tener un hermoso árbol adornado y, como todos los niños desean, que estuviera lleno de regalos.
Los días pasaban y notamos que algo extraño ocurría. Mi madre parecía no darse cuenta de los calendarios. Con temor, veíamos que se acercaba el 24 de diciembre y no había en la casa ningún indicio de preparación, ni de decoración, ni de regalos ni de comida especial.
Con una actitud resolutiva, decidimos mi hermana y yo tomar cartas en el asunto y conseguimos una rama de pino, muy penosa. Sin embargo, la arreglamos con toda la inocencia que tienen los niños. Desde luego, lo que nosotros no sabíamos era que nuestra madre estaba con depresión y su último interés sería armar un hermoso árbol de Navidad.
Es que ella trabajaba desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde como cocinera en la cárcel de Linares, y el dolor de la muerte de mi padre aún la perseguía. En sus prioridades (y necesidades) no figuraba festejar nada. Por lo tanto, no quería celebrar la Navidad como nosotros queríamos hacerlo.
Finalmente llegó la Nochebuena. Nos sentamos a disfrutar de nuestro árbol… que se caía a pedazos y que no tenía regalos. Pero mi abuela se las arregló para hacernos una cena muy rica. Mi madre, al contemplar la escena, salió a llorar a la puerta de casa, y en ese momento elevó una plegaria al Cielo para que Dios le diera consuelo.
Justo cuando ella estaba orando, pasó un camión cargado de árboles de Navidad hermosos y muy caros. De repente, el vehículo tuvo que frenar de imprevisto frente a casa, y un árbol cayó a la calle. El chofer se bajó rápidamente del camión a recoger el árbol y vio a mi madre llorando. Enseguida le preguntó por qué estaba tan triste en Navidad, y ella le contó sus penas. Sin dudarlo, este desconocido le regaló ese árbol a mi mamá, quien lo tomó y vino corriendo dentro de casa para mostrarnos lo que tenía en sus manos.
Nosotros teníamos abiertos bien grandes los ojos, y no podíamos creer lo que estaba sucediendo. Rápidamente lo adornamos, y fue el árbol más bello que jamás habíamos tenido en casa. Un rato más tarde, nuestro tío estacionó su auto frente a casa y bajó con muchos regalos para nosotros.
No tengo duda alguna: este fue el milagro de Navidad que jamás olvidaré. Dios tenía todo bajo control. Él tenía lista la bendición para nuestra familia. Dios libera sus bendiciones en su tiempo correcto. Mantente fiel y persevera en fe. Si pudieras ver cuántas y de qué calidad son las bendiciones que Dios tiene para ti en el futuro, desde ya le agradecerías. Él pondrá las personas correctas, las oportunidades correctas, y abrirás las puertas correctas.
Las bendiciones que Dios ha reservado para ti no se limitan por tus excusas. Él tiene más poder que las críticas, e incluso que tu sabotaje propio. Que las personas te desechen no significa que Dios lo hará. Confía en lo que Dios ya preparó. Él ya tiene tu corona lista. Espera el milagro de Dios para tu vida manteniéndote fiel a sus mandatos. Tal vez en este fin de año un milagro llegue para ti.
Muchas gracias por tan lindo e inspirador mensaje de Navidad. Es verdad Dios tiene muchos milagros para cada uno de nosotros