“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Marcos 10:45
Busqué la palabra “liderazgo” en Internet, y me encontré con 78.200 millones de resultados. Sin duda, este es un tema muy atractivo hoy para las instituciones. Sin embargo, más allá del líder, también es importante contar con un buen equipo. Esto es clave. La conjunción entre ambos puede determinar el éxito o el fracaso de una empresa. A Alejandro Magno se le atribuye la frase: “No tengo miedo de un ejército de leones dirigido por una oveja. Tengo miedo de un ejército de ovejas dirigido por un león”.
Cuán importante es tener un buen líder que pueda transformar y sacar lo mejor de su equipo; pero qué maldición es seguir a un director equivocado. Por eso, elige a tu líder terrenal sabiamente. Que sea alguien que te haga crecer y desarrollarte, pero por sobre todo, que te muestre a Jesús. Solo él hará cosas extraordinarias en ti; te hará brillar donde estés y, lo más importante, te preparará para la vida eterna.
Jesús ejerció su liderazgo en esta Tierra eligiendo a su equipo para un propósito determinado. En este contexto, no siempre eligió personas preparadas o con situaciones sociales privilegiadas. Nada de eso. Escogió personas comunes para un gran proyecto extraordinario.
Jesús nos enseña cómo un buen líder prepara y da un ejemplo para seguir. Él se preocupaba por cada uno de los discípulos como si fuera el único. Los conocía y sabía de sus habilidades y defectos; y les enseñó a gestionar sus emociones y tener visión de futuro.
Jesús fue un líder capaz de modificar la escala de valores, las creencias y las actitudes de sus seguidores, con una gran capacidad de convicción y motivación, y con una enorme visión de futuro.
Conocí a un joven en un campamento en Linares, Chile. Su sueño era ser locutor, claro que… había un problema: ¡tenía una voz sumamente aguda y penetrante! A la luz de todos, era un sueño imposible. A pesar de eso, se dejó liderar por Jesús y logró ser el locutor de la principal radio en Linares. Además, se tituló como periodista radial.
Jesús era experto en resistir los golpes y los comentarios negativos de su entorno. Jesús fue acusado de bebedor, de juntarse con pecadores, con prostitutas, y de cenar con estafadores. Sin embargo, nada de esos ataques y reproches lo desvió de su propósito. En Mateo 3:17, el Padre dijo esto de él: “Este es mi Hijo amado”. Jesús nunca olvidó esta promesa. Sabía que todo lo que hacía estaba bajo la aprobación de Dios. Asimismo, nosotros también debemos estar seguros de que somos amados por nuestro Padre y seguir adelante a pesar de todos los ataques del enemigo… y los no tan enemigos.
Jesús producía en sus discípulos una transformación para su redención, no solo para el trabajo diario sino para su vida eterna. Así, ellos se estaban preparando para ser líderes y llevar la verdad al mundo. Para eso, debían tener autoridad, confianza en lo que creían, usar métodos innovadores para la época; además, ocupar sus propias herramientas para llevar a cabo su misión encomendada por Jesús.
Jesús era un gran comunicador, y las personas quedaban maravilladas por sus enseñanzas. Su forma era relacionar lo cotidiano con las verdades eternas. “Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza; porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas” (Mat. 7:28, 29).
Te invito a dejarte guiar por el gran Líder que es Jesús, para que te transformes, por su poder, para lo que fuiste creado. ¡Es posible crecer! ¡Es posible cambiar el rumbo de tu vida! ¡Es posible! ¡Solo con el Guía correcto para tu vida: Jesús, el gran Líder! ¡Síguelo!
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