¿Por qué es importante elegir buenos amigos?
Cuando estudié Sociología tuve que investigar sobre ciertas tribus urbanas en Chile. Esto me llevó a conocer una práctica puntual que realizaban las sectas satánicas: consistía en salir a las calles todas las noches a las 3 a.m. en todo el país para maldecir cada ciudad. Desde entonces me preocupo por haber orado pidiendo protección y estar en mi casa durmiendo a las 3 a.m.
En ocasiones los jóvenes en mi consulta me comentan que no pueden dormir y están durante la madrugada en Internet navegando en sitios que solo intoxican la mente y el alma. Y aunque a veces parece que estamos en casa “seguros”, el enemigo nos ataca. Su veneno invade nuestra vida y nuestras decisiones.
Una noche a las 3 a.m., desvelada y en la soledad de su cuarto, Lucía encontró una página donde le enseñaban a adelgazar, cientos de técnicas para no comer y, lo más terrorífico: al final de todos los pasos se le enseñaba la mejor forma de suicidarse. Sin éxito, dos veces intentó hacerlo, hasta que Dios la rescató.
¿Dónde estás tú a las 3 a.m.? Ojalá durmiendo. Ojalá descansando después de haber encomendado tu sueño a Dios. Encomienda tu vida al Creador, tus anhelos, tus proyectos, tus amistades y tus amores a Aquel que lo sabe todo. Es que Dios siempre ve el panorama completo y sabe el camino correcto. Sabe que el enemigo quiere lo peor para ti, por eso te va susurrando al oído: “No escuches a tus padres, ¿qué saben ellos? Tu amiga ya tuvo relaciones sexuales y no le ha pasado nada”; “Tu amigo fuma marihuana y le va bien en el colegio. ¿Viste que lo que te enseñan en la iglesia es mentira?” ¿A quién escucharás? ¿Al enemigo de la humanidad o a tu Creador, quien lo dio todo para que seas feliz?
San Pablo escribió: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efe. 6:12). Jesús oró: “Líbranos del mal” (Mat. 6:13).
Vivimos rodeados de maldad. Incluso la muerte llegó a las ciudades como una plaga. Seguramente escuchaste o conociste a alguien que sucumbió a la peste destructora. Por eso, no te conformes con este mundo; ni con el otro mundo donde vives, donde todo es plástico y digital, donde la base es la mentira y el negocio. El mundo del consumo virtual solo entrega soledad porque se basa en el egocentrismo, todo gira en torno a mí, lo contrario al carácter del Dios de la Biblia. Hoy te desafío a buscar un mundo donde todo gire alrededor de Jesús, la fuente de la felicidad y el crecimiento.
Si comenzaste a caminar por sendas erradas en esta vida y eso te llevó a relacionarte con gente equivocada, puedes clamar: “Líbranos del mal”. Si tienes amigos anclas, que te estancan, te intoxican y no te dejan florecer, puedes caer de rodillas y suplicar: “Líbranos del mal”.
Ten cuidado con quiénes te relacionas. Te lo dice alguien que llegó a lugares muy oscuros tomado de la mano de un amigo tóxico, enviado por el enemigo para sacarme del buen camino. Gracias a Dios, cuando ya estaba por derrumbarme elegí rodearme de personas motivadoras, amigos que bendicen, y logré crecer.
Elige bien quiénes serán tus amigos de ruta. Ora diciendo: “Líbranos del mal”. Toma la armadura de Dios. Sé valiente al enfrentar al enemigo. No dejes que nadie te manipule, aférrate a tu Capitán en esta batalla, prepárate con fervor, porque será una contienda dura y agotadora. Sin embargo, Dios abrirá tu camino, quizás algunas veces caigas y te derrumbes, pero él “te levantará con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna” (Sal. 91:12).
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