Un llamado a reafirmar nuestra identidad adventista.
Vivimos en un mundo que promueve la tolerancia, que en realidad no es más que la indiferencia disfrazada de bondad. En una mentalidad posmoderna –donde no existen verdades absolutas, la verdad siempre es relativa y la única convicción es que no existen convicciones–, no es de extrañar que el concepto de remanente esté en crisis. Como señaló Dorothy Sayers: “El mundo llama tolerancia […] al pecado que no cree en nada, no se preocupa por nada, no busca saber nada, no interfiere con nada, no odia nada, no encuentra un propósito en nada…”1
En este contexto, algunos adventistas consideran que nuestras enseñanzas son demasiado sectarias y se sienten incómodos con ellas. Sin embargo, quieren seguir siendo adventistas. Tienden a abogar por una redefinición de nuestra identidad y un rechazo de cualquier rastro de exclusividad o distinción.
Por otro lado, el concepto bíblico del Remanente está en el ADN de la Iglesia Adventista.2 Los principales elementos de la posición tradicional de la iglesia acerca del Remanente se podrían resumir de la siguiente manera. Primero, el remanente mencionado en Apocalipsis 12:17 describe a los fieles que sobrevivieron a los ataques del Dragón contra la iglesia durante los 1.260 años (538-1798). Segundo, se caracterizan por ser los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús. En tercer lugar, los mandamientos aquí mencionados son los Diez Mandamientos, incluido el sábado. Cuarto, el testimonio de Jesús, según Apocalipsis 19:10, se refiere a la manifestación del Espíritu de Profecía entre el Remanente. Quinto, dado que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es el movimiento principal que proclama la perpetuidad de la Ley de Dios y el sábado, y dado que, además, hubo una manifestación del don de profecía en esta iglesia en particular, podemos identificarla como el Remanente fiel de Dios del tiempo del fin.3
Por supuesto, el concepto del Remanente no significa que solo los adventistas serán salvos. Lo que sí implica es que la idea de remanente le da a nuestra iglesia una identidad y una misión distintivas para el tiempo del fin. Pero, al debilitarse la convicción de que la Iglesia Adventista tiene un mensaje y una misión especiales para este tiempo, su identidad se ve amenazada. Si la Iglesia Adventista no tiene un mensaje distintivo, entonces es una más de las diferentes confesiones religiosas. Esto es lo que hace que algunos se sientan vinculados con la Iglesia Adventista por sus amistades, tradición familiar o sencillamente por haber conocido a Jesús por medio de ella, pero en realidad no consideran que tenga una vocación profética con un mensaje y una misión especiales para el tiempo del fin.
A esta crisis de identidad provocada por el contexto social se le han sumado las consecuencias de la Pandemia. Muchos que dejaron de congregarse por causa de la Cuarentena no han querido volver a la iglesia. Se conforman con sobrevivir sobre la base de sermones por YouTube. Sí, se dicen adventistas, y les gusta beneficiarse de lo que la Iglesia Adventista como institución ofrece (materiales impresos y audiovisuales relevantes, una comunidad que nos sustenta, una enseñanza sólida en cuanto a la salud y la familia), pero no consideran que tengan alguna responsabilidad para hacer avanzar la misión en contextos desafiantes como los que vivimos. En otras palabras, sin responsabilidad alguna, solo desean recibir los beneficios de la comunidad, pero aportan poco y nada.
En medio de los tremendos desafíos de este tiempo, Cristo llama a su iglesia no solo a dejar que él habite en medio de ella (Apoc. 3:20), sino también a comprender su identidad y llevar adelante su misión, detallada en Apocalipsis 14.
Referencias:
1 Citado en el libro de D. A. Carson, The Gagging of God: Christianity Confronts Pluralism (Grand Rapids: Zondervan, 1996), p. 53
2 Ver el libro de Alberto Timm, El Santuario y los mensajes de los tres ángeles (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2019).
3 Ángel Manuel Rodríguez, “The Remnant and the Adventist Church”, artículo publicado en el sitio del Instituto de Investigación Bíblica.
Reafirmo lo dicho con respecto a las características distintivas del Remanente, sobre el reto de la MISIÓN de predicar el evangelio.
Sin embargo, es necesario aplicar estrategias para involucrar a los miembros en la misión evangélica. Los líderes de la iglesia, en primer lugar los pastores deben asumir con integridad sus funciones, para rescatar, reincorporar a los miembros que aparente o realmente se desvincularon por esta pandemia. En mi distrito, en lo que va de la pandemia, el pastor, ni una solo llamada telefónica a muchos miembros y familias. Todo miembro es valioso.
Apocalipsis 19:10 dice al final
Porqué el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Hay que llevar la Mision adelante!