¿Qué dijo la sierva de Dios sobre el gran reformador?

Al celebrarse los quinientos años del inicio de la Reforma Protestante, los adventistas tenemos varios motivos por los cuales recordar este importante evento de la historia del cristianismo. Uno de ellos es por la importancia que Martín Lutero, su principal exponente, encuentra en la literatura de Elena de White, cofundadora de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

En la obra literaria de Elena de White, se destaca el tema del gran conflicto entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás. La autora lo desarrolla a través de la exposición de la historia bíblica y de la iglesia cristiana. Lutero es un personaje que ella cita en varios de sus libros históricos como un ejemplo de fidelidad, valentía y celo por la verdad. En su obra cumbre, El conflicto de los siglos, Elena de White dedica a Lutero cuatro capítulos, al describir la Reforma Protestante. En contraste, aunque tiene un gran respeto por Zwinglio y Calvino, solo dedica un capítulo a cada uno.

¿Qué hace de Lutero un personaje distinto? Elena de White considera a Lutero el más grande reformador del siglo XVI, porque “Lutero fue un instrumento elegido de Dios, para desgarrar las vestiduras de hipocresía de la iglesia papal y exponer su corrupción” (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 331). Fue un “heraldo de la Biblia” (El conflicto de los siglos, p. 118) y “expositor de la verdad” (ibíd., p. 156). Por haber sido el primer reformador que abrió el camino con su valor y fidelidad a las verdades bíblicas, Lutero terminó encarnando la obra de Reforma, que fue continuada por otros.

Elena de White no pretende dar una biografía completa de Lutero en su obra, sino que destaca elementos importantes de la vida y la obra del reformador en el contexto del Gran Conflicto. Señalaremos estos elementos en este artículo.

La importancia de Lutero en la restauración de verdades clave

La principal obra de Lutero fue redescubrir la doctrina de la justificación por la fe, ya planteada por Pablo. Elena de White afirma:

“A través de todos los siglos, la gran verdad de la justificación por la fe ha subsistido como un poderoso faro para guiar a los pecadores arrepentidos al camino de la vida. Fue esta luz lo que disipó las tinieblas que envolvían la mente de Lutero, y le reveló el poder de la sangre de Cristo para limpiar del pecado” (Los hechos de los apóstoles, p. 300).

Por otra parte, Lutero descubrió el rol fundamental de las Escrituras como exclusiva fuente de verdad.

“Declaraba firmemente que los cristianos no deberían admitir más doctrinas que las que tuviesen apoyo en la autoridad de las Sagradas Escrituras. Estas palabras minaban los cimientos en que descansaba la supremacía papal. Contenían los principios vitales de la Reforma” (El conflicto de los siglos, p. 118).

Eventos importantes en la vida de Lutero que marcan su experiencia

Para Elena de White, hay eventos de la vida de Lutero que son decisivos en su comprensión de la verdad y su decisión de ponerse de su lado. El primero de ellos ocurre al visitar, junto a compañeros monjes, la ciudad de Roma, capital religiosa de la cristiandad occidental. Lutero, hombre de gran sensibilidad religiosa, tenía grandes expectativas sobre esta visita, pero se escandaliza por causa de la corrupción moral del clero que allí ve. No obstante, visita los principales lugares religiosos de la ciudad, para cumplir con la tradicional peregrinación a los lugares santos. Al subir la Escalera de Pilato de rodillas, recuerda las palabras de Habacuc 2:17: “El justo por la fe vivirá”. La experiencia abrió su entendimiento, permitiendo ver que no podía confiar en las obras humanas para su salvación. (Ver: Signes of the Times, junio 7, 1883.)

Otro evento importante en su vida fue decidir confrontar la venta de las indulgencies. Primero Lutero reacciona pastoralmente:

“Aconsejó a la gente que no comprara indulgencias, sino que mirara con fe al Redentor crucificado. Se refirió a su propia dolorosa experiencia al tratar vanamente de obtener la salvación por medio de humillaciones y penitencias, y aseguró a sus oyentes que al apartar la vista de sí mismos y al creer en Cristo encontrarían paz y alegría” (La historia de la redención, p. 359; énfasis añadido). Luego, lanzó el desafío académico de las 95 tesis, para debatir con eruditos la validez del comercio de indulgencias. La reacción popular de apoyo a su documento lo tomó por sorpresa, y desató la cadena de eventos que lo llevó a enfrentarse con la jerarquía de la iglesia de la época y, finalmente, a separarse del romanismo.

Un evento clave en este proceso se da cuando Lutero es citado delante de la Dieta Imperial y del nuevo emperador romano, Carlos V, y solo ante estas imponentes autoridades defiende sus convicciones. Dice la sierva del Señor:

“Ved a Martín Lutero oponiéndose a la poderosa iglesia que es la obra maestra de la sabiduría del mundo. Vedlo aferrándose a la Palabra de Dios frente al emperador y al Papa, declarando: ‘Aquí hago mi decisión; no puedo hacer de otra manera. Que Dios me ayude’ ” (Palabras de vida del gran Maestro, p. 56).

La labor de Lutero

Otra faceta importante que Elena de White destaca del ministerio reformador de Lutero son sus escritos, que tuvieron un impacto importantísimo al dar a conocer masivamente las doctrinas reformadas.

“Los escritos de Lutero tenían tan favorable acogida en la ciudad como en la aldea. Por las noches, los maestros rurales los leían a los pequeños grupos reunidos junto a la chimenea. A cada esfuerzo se iban convenciendo de la verdad algunas almas, las cuales, al recibir gozosamente la palabra, iban a su vez a comunicar a otros la buena nueva” (Testimonios selectos, t. 2, p. 184).

La importancia de sus obras solo es sobrepasada por su traducción de la Biblia. Ella describe bien su impacto diciendo lo siguiente:

“A su regreso de la Dieta de Wartburg, terminó Lutero su traducción del Nuevo Testamento, y no tardó el evangelio en ser ofrecido al pueblo de Alemania en su propia lengua. Esta versión fue recibida con agrado por todos los amigos de la verdad, pero fue vilmente desechada por los que preferían dejarse guiar por las tradiciones y los mandamientos de los hombres. Se alarmaron los sacerdotes al pensar que el vulgo iba a poder discutir con ellos los preceptos de la Palabra de Dios y descubrir la ignorancia de ellos” (El conflicto de los siglos, pp. 177, 178).

Lutero y el adventismo: Concordancia doctrinal

Para Elena de White, también es importante señalar las concordancias de Lutero con algunas de las doctrinas “pilares” del adventismo.

Sobre la venida de Cristo, por ejemplo, Elena de White dice:

“Martín Lutero fijó la fecha del Juicio para cerca de trescientos años después de su época. Pero desde 1798 el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado, y muchos han proclamado el solemne mensaje del Juicio cercano” (El conflicto de los siglos, p. 356).

Otra doctrina que negó, como lo hace el adventismo, fue la inmortalidad del alma. En palabras de la autora:

“La teoría de la inmortalidad del alma fue una de aquellas falsas doctrinas que Roma recibió del paganismo para incorporarla en el cristianismo. Martín Lutero la clasificó entre ‘las fábulas monstruosas que forman parte del estercolero romano’ de las decretales […]. Salomón piensa que los muertos están dormidos, y no sienten absolutamente nada. Pues los muertos descansan, sin contar ni los días ni los años; pero cuando se despierten les parecerá como si apenas hubiesen dormido un momento” (El conflicto de los siglos, p. 537). Lamentablemente, Lutero no fue siempre consecuente con estas dos afirmaciones.

A modo de conclusión

Para Elena de White, la importancia de Lutero como reformador es múltiple, y en ello coincide con los historiadores contemporáneos de la iglesia. No obstante, destaca, para ella, las cualidades morales que permitieron que pudiese liderar el proceso de cambio religioso, tan necesario en el cristianismo occidental. Desarrolla estas cualidades al descubrir la verdad en la Palabra de Dios y aprender a confiar en la conducción divina. Creemos que estos son elementos que deberíamos destacar al recordar la vida y la obra de Lutero, en ocasión de este aniversario de la Reforma.  RA