¿Cómo fue que Daniel y sus amigos lograron ser diez veces mejores que los demás?
La historia de Daniel 1 es bastante conocida, y luego de leer los hechos registrados en este fascinante capítulo, saltan a la vista dos elementos. Primero, los jóvenes hebreos fueron hallados diez veces más inteligentes que el resto de los estudiantes seleccionados. Segundo, la alimentación que solicitaron estaba en contraposición a la propuesta dada por el rey mismo. Ante estos dos elementos, es natural suponer que la razón por la cual los jóvenes hebreos fueron hallados diez veces mejores en todo que el resto de los jóvenes fue su alimentación. En las siguientes líneas descubriremos si fue la alimentación por la que optaron la razón para su destacado rendimiento o si hubo también otros factores para tales espléndidos resultados.
Lo primero que debemos dejar en claro es que el sistema alimenticio que Daniel y sus amigos solicitaron estando en Babilonia jugó un papel importante en su desempeño. Es decir, su estilo de vida influyó en su proceso de aprendizaje. Sin embargo, no fue solo el eso. El estilo de vida ayuda, pero no es suficiente.
Al leer el texto bíblico, encontramos algunos elementos que nos ayudan a entender mejor lo que sucedió con los jóvenes hebreos. Primero, se nos indica que el rey ordena que se busque entre los jóvenes hebreos cautivos algunos que sean “entendidos en toda sabiduría, cultos e inteligentes” (vers. 4). A la luz de este pasaje, entendemos que Daniel y sus amigos ya mostraban capacidades intelectuales dignas de resaltar, y por eso fueron elegidos entre los prisioneros hebreos. Por lo tanto, el haber sido hallados diez veces mejores que todos los alumnos no fue únicamente el resultado de la alimentación que tuvieron estando en Babilonia.
Daniel 1:4 también nos dice que debían buscar jóvenes “de buen parecer” y “aptos para servir en el palacio del rey” (vers. 4). Por lo que aquí se describe, los encargados de hacer la selección percibieron no solo capacidades intelectuales, sino también otros aspectos. En contraste con esto, es interesante que cuando Daniel propone una alimentación diferente de la que se le asignó, el encargado se preocupó. El jefe de los eunucos expresó su temor de que la alimentación que Daniel proponía hiciera que su apariencia no fuera la mejor (Dan. 1:10). Pero Daniel está seguro de que su alimentación no provocará ningún efecto negativo en su apariencia, sino todo lo contrario (ver vers. 11-15).
Por lo que se puede notar, los jóvenes hebreos no llegaron como una página en blanco. A su corta edad, ya gozaban de cualidades que los hicieron elegibles para integrar el grupo de jóvenes que serían preparados en las ciencias y las artes babilónicas. Por lo tanto, suponer que diez días de seguir una dieta específica haya sido determinante no es muy acertado. Esto no significa que algún cambio en el estilo de vida no provoque un impacto positivo a corto plazo. Sin embargo, Elena de White dice lo siguiente, sobre la decisión de Daniel y sus amigos de no contaminarse con la comida del rey: “Como la carne no había formado parte de su régimen en lo pasado, no debían comerla en lo futuro” (Comentario bíblico adventista, t. 4, p. 1.188). No es que en esos días hayan cambiado a un régimen alimenticio diferente y por eso su semblante cambió y fueron más sabios que el resto, sino que mantuvieron lo que aprendieron en su niñez.
Debemos notar que el texto de Daniel describe de manera explícita la razón de los resultados que lograron los jóvenes hebreos estando en Babilonia. Daniel 1:17 dice que “Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias”. El texto es claro: la sabiduría que obtuvieron fue obra de Dios. Ahora bien, la obra de Dios en favor de los jóvenes hebreos fue la respuesta divina ante el accionar humano. Es decir, la bendición divina no sucede en el vacío, sino como resultado de la interacción entre Dios y el ser humano.
Por lo tanto, la razón determinante por la cual los jóvenes hebreos fueron hallados diez veces mejores que los otros jóvenes estudiantes de Babilonia fue la acción de Dios en su favor. Esta bendición fue también resultado no solo de haber decidido no comer la comida y la bebida del rey, sino de una vida consecuente y en armonía con los principios divinos desde antes de verse en tales condiciones. Si deseas que Dios te use de formas asombrosas, dependerá de que desde ahora te prepares para ese momento. Es tiempo de proponer en tu corazón vivir en armonía con la voluntad de Dios en todos los ámbitos de tu vida; entonces, cuando venga la prueba, podrás mantenerte firme en los principios establecidos por Dios, y el Señor te bendecirá.
¡Maranatha!
Daniel no escogió vivir en base al mandamiento (Levítico 11), escogió vivir en base a los ideales de Dios.
Sin duda la educación que recibió Daniel en casa juega también un papel muy importante. Estos principios fueron dados a Daniel y alos jóvenes hebreos por padres que también tenían una vida muy apegada a los principios bíblicos.
Ahí radica la importancia de que nuestros hijos reciban las enseñanzas bíblicas con el toque perfecto, que es el espíritu santo, el cuál es el ingrediente básico para unir a las familias.
Éxito y bendiciones para todos.