Cómo y por qué podemos estar seguros frente al Tribunal.
Quizás uno de los temas de los que más se ha hablado en el libro de Daniel es el del Juicio. De hecho, esta temática trae a la mente la idea de una experiencia negativa, que es mejor evitar. Sin embargo, en esta ocasión podremos ver las ventajas del Juicio de Dios.
El capítulo 7 describe algunos elementos de un proceso judicial, como el establecimiento de un tribunal para iniciar el juicio, ya que el texto dice que “el tribunal [heb. din] se sentó” (Dan. 7:10, LBLA). Esta misma idea aparece en el versículo 26, cuando se dice: “El tribunal se sentará” (LBLA). Finalmente, el versículo 22 también describe la misma escena en la que el Anciano de días, Dios, llegó y “el tribunal se sentó”, es decir, se instaló para cumplir su función judicial.
Algunas versiones traducen el término din como juez (Dan. 7:10, 26). Sin embargo, el versículo 22 hace uso de la misma palabra aramea y no se traduce como juez. Más aún, existe una palabra específica para juez (dinan) que no se utiliza en el libro de Daniel. En ese sentido, la mejor traducción de din sería “tribunal”. A esto podemos añadir que la idea de un tribunal es más amplia, y hace justicia al proceso judicial que Dios dirige.
Sobre la base de esta evidencia, podemos determinar que Dios no juzga de manera unilateral y en secreto, sino que comparte la obra de juicio. Más aún, y en última instancia, pasa a ser objeto de juicio. De ahí que –y en el contexto del conflicto cósmico– podemos hablar de la teodicea; es decir, Dios es juzgado. Así, el juicio tiene como propósito vindicar el carácter de Dios, el cual ha sido mancillado por la serpiente antigua (Apoc. 12:7-9).
Por otra parte, es importante notar que el juicio no se ejecuta en el vacío. Hay un tribunal que revisa el juicio, y la base, o las “evidencias”, del proceso judicial son los libros que se abren, tal como se puede leer en Daniel 7:10. Estos son los registros que se toman en cuenta. El texto de Daniel hace mención nuevamente a estos documentos en Daniel 12:1. Este pasaje declara que cuando Miguel, el Príncipe de Israel, aparezca para liberar a su pueblo, lo hará sobre la base de lo que está escrito en “el libro”. Estas declaraciones hacen eco de las referencias a libros o registros celestiales. Uno de esos casos es el de Moisés, quien le pide a Dios que si no perdona a su pueblo, lo quite de su libro (Éxo. 32:32); a lo que Dios le responde: “Al que peque contra mí, lo borraré yo de mi libro” (vers. 33). Este es el libro que Juan menciona como “el libro de la vida del Cordero” (Apoc. 21:27) y al que Pablo denomina “el libro de la vida” (Fil. 4:3).
Por último, es preciso notar que Daniel no describe el juicio como algo negativo, sino todo lo contrario. El juicio en Daniel 7 aparece en el contexto de las obras del cuerno pequeño y su accionar contra el pueblo de Dios (Dan. 7:8, 21, 22, 24, 25, 26). Si bien el juicio es un proceso en el que se decide su salvación, Daniel es explícito en declarar que el juicio es “en favor de”, y no “en contra de” los santos. Así, el juicio termina bien para el pueblo de Dios. En tal sentido, es importante notar que no es la justicia de los santos lo que los lleva a ese final, sino la misericordia de Dios, tal como Daniel 9:18 declara: “Porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias”.
Por lo tanto, usando las palabras de Pablo, “acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Heb. 4:16, RV95). Solo de esta manera podremos enfrentar el Juicio sin temor, pues es en nuestro favor.
¡Maranata!
es importante estudiar y comprender sobre este que que le fue dada adios al profeta Daniel y otros profetas del antiguo Testamento y especial a juan en apocalipsis 14:6 al 12 Dios bendiga su palabra.Amen