¿Cómo se introdujo el domingo en el cristianismo?
No existe base bíblica para la observancia del domingo. Los textos que suelen usarse para su defensa (Mat. 28:1; Mar. 16:2, 9; Luc. 24:1; Juan 20:1; Hech. 20:7; 1 Cor. 16:2; Apoc. 1:10) no enseñan que el domingo sea el nuevo día de reposo, o que Cristo y sus apóstoles enseñaron que se lo debía guardar. Como veremos, ese cambio fue producto del alejamiento de la verdad bíblica.
En el Nuevo Testamento ya se predecía una apostasía desde el interior mismo del cristianismo (Hech. 20:28-31). Pablo, conocedor de las profecías de Daniel, anunció que en los años venideros muchos abandonarían la verdad de las Escrituras para preferir “fabulas” religiosas (2 Tim. 4:1-4). Esta apostasía no se dio de un momento a otro, sino que fue gradual. Así, entre los siglos II al VI se configuró el sistema religioso conocido como Papado. Durante ese período, se infiltraron en el cristianismo muchas doctrinas sin base bíblica, incluyendo el domingo como nuevo día de reposo. ¿Por qué? Veamos:
1-El Día del Sol. Los paganos del Imperio Romano veneraban el domingo como Día del Sol. Por eso, cuando entraron en la iglesia, se les hizo fácil cristianizar la observancia de su anterior día de adoración.
2-El rechazo hacia los judíos. El Imperio Romano tuvo continuos conflictos con los judíos. En el año 49 d.C., el emperador Claudio los expulsó de Roma (Hech. 18:1, 2). En el año 64, durante el reinado de Vespasiano, el Sanedrín y el sumo sacerdocio fueron abolidos. Más adelante, Adriano (117-138) abolió muchas prácticas judías; entre ellas, la observancia del sábado. Todo esto generó entre la población un fuerte sentimiento antisemita y, entre los cristianos gentiles, un deseo de no ser confundidos como judíos.
3-Su inicio en las iglesias de Roma. Samuele Bacchiocchi demostró que la observancia dominical empezó a partir del siglo II entre las iglesias de Roma dominadas por cristianos de origen gentil, que buscaban no ser confundidos con judíos. Por ejemplo, Justino Mártir escribió: “El domingo es el día en el que todos realizamos nuestra asamblea común, porque es el día en el que Dios, habiendo obrado un cambio en las tinieblas y en la materia, creó al mundo; y en ese mismo día resucitó de los muertos nuestro Salvador Jesucristo”.
Nótese que aquí el domingo todavía no aparece como día de reposo, sino como día de reunión para celebrar la resurrección.Sin embargo, debe observarse que en estos escritos se favorece el domingo sobre la base de argumentos filosóficos, y no sobre una base bíblica evidente.
Por un tiempo, ambos días se guardaron simultáneamente, aunque el domingo cada vez ganaba más adeptos. Aun en los siglos IV y V, muchos cristianos seguían guardando el sábado, excepto en Roma y otras ciudades importantes. Sócrates, el Escolástico (c. 385-445), escribió: “Aunque casi todas las iglesias del mundo celebran los misterios sagrados el sábado de cada semana, sin embargo, los cristianos de Alejandría y Roma, en consideración de una antigua tradición, han dejado de hacerlo”.
4-Una legislación en favor del domingo. Inicialmente, la observancia dominical no era obligatoria, pero a partir del siglo IV adquirió un carácter legal. La primera ley dominical secular la promulgó Constantino en 321 d.C., pero una de las primeras legislaciones religiosas aparece en el Concilio de Laodicea (363-364), que en su canon 29 dice: “Los cristianos no deben judaizar y estar ociosos durante el sábado, sino que deben trabajar en ese día; pero honrarán especialmente el Día del Señor, y siendo cristianos no harán, si es posible, ningún trabajo en ese día. Si a pesar de eso se los encuentra judaizando, serán separados de Cristo”. Como es de suponerse, a partir de ahí el domingo se impuso por la tradición y la fuerza eclesiásticas, pero sin el apoyo de las Escrituras.
Como hemos notado, la apostasía bíblicamente predicha tuvo un cumplimiento sorprendente. La observancia dominical apareció entre estas prácticas sin fundamento bíblico, pero prevaleció por fuerza de tradición. Sin embargo, Dios no acepta ninguna tradición que vaya en contra de las Escrituras (Mat. 15:3, 7-9). En la Biblia, el único y verdadero día de reposo es el sábado, y el pueblo de Dios lo guarda como señal de lealtad al Dios verdadero (Éxo. 20:8-11; Apoc. 12:17; 14:6, 12).
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