Cuando se estén derramando las siete últimas plagas sobre quienes rechazaron definitivamente a Dios, las naciones se airarán contra los hijos de Dios. Como en los días de Ester, el poder político querrá promulgar la destrucción de este pueblo peculiar. ¿Se olvidará el Señor de su pueblo en esa hora de prueba?
Textos bíblicos
“Guárdense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y en sus sinagogas los azotarán. Aun ante gobernadores y reyes serán llevados por mi causa, para que den testimonio a ellos y a los gentiles. Y cuando los entreguen, no se preocupen por cómo o qué hablar, porque en esa hora les será dado lo que hayan de hablar, porque no son ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre que hablará en ustedes. El hermano entregará a muerte a su hermano, el padre al hijo, y los hijos se levantarán contra los padres y los harán morir. Serán odiados por todos por mi nombre. Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo”.
Mateo 10:17-22.
“Entonces los entregarán para ser maltratados y muertos. Y serán aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre. Y muchos tropezarán, y se entregarán y odiarán unos a otros. […] Y por el aumento de la maldad, el amor de la mayoría se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo”.
Mateo 24:9-13.
“Sion dijo: ‘El Señor me dejó, el Señor se olvidó de mí’. ‘¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, para no compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvide, yo nunca te olvidaré. En la palma de mis manos te llevo esculpida, tus murallas están siempre ante mí […]’ ”.
Isaías 49:14-16.
“El que anda en justicia y habla lo recto […]; este habitará en las alturas, la fortaleza de las montañas será su refugio; se le dará su pan, y su agua será segura”.
Isaías 33:15, 16.
Espíritu de Profecía
“Cuando el decreto promulgado por los diversos dignatarios de la cristiandad contra quienes guardan los mandamientos retire la protección del Gobierno y los abandone a los que desean eliminarlos, el pueblo de Dios huirá de las ciudades y los pueblos y se unirá en grupos para vivir en los lugares más desolados y solitarios. Muchos encontrarán refugio en puntos de difícil acceso en las montañas”.
“Pero muchos de todas las naciones y todas las clases, grandes y pequeños, ricos y pobres, negros y blancos, serán arrojados a la más injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarán días penosos, encadenados, encerrados en cárceles, sentenciados a muerte; algunos, abandonados adrede para morir de hambre y sed en sombríos y repugnantes calabozos”.
“Aunque los enemigos los arrojen a la cárcel, las paredes de los calabozos no pueden interceptar la comunicación entre sus almas y Cristo. Aquel que conoce todas sus debilidades, que está familiarizado con todas sus pruebas, está por encima de todos los poderes terrenales; y acudirán ángeles a sus celdas solitarias trayéndoles luz y paz del Cielo”.
El conflicto de los siglos, cap. 40 (“El tiempo de angustia”).
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El conflicto de los siglos
Elena de White
Cap. 40 (“El tiempo de angustia”)
De la ciudad a la vida rural
Arthur White y Edward Sutherland
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