Claves para obtener un reposo verdadero.
Cuántas veces ocurre que nos levantamos a la mañana con la sensación de que ya empezamos el día agotados. A la tarde llegamos a nuestro hogar y, aunque no estamos trabajando, continuamos pensando en los temas que nos preocupan. A esto se puede agregar el estímulo del teléfono móvil. Se calcula que una persona promedio mira su teléfono 150 veces en el día. Si calculamos que usamos un minuto de nuestro tiempo cada vez que abrimos el teléfono, hemos perdido 2 horas y media en leer sobre la situación política del país, responder mensajes relacionados con el trabajo o enterarnos del problema de algún familiar o un amigo.
De este modo, el proceso de preparación para el descanso mental se ve interrumpido repetidas veces por el teléfono, lo que activa el cerebro para responder a las situaciones de estrés que estamos observando. A esto podemos agregar la influencia de la televisión y los noticieros, que no están diseñados para estimular nuestro descanso.
Si nuestro trabajo es más bien físico, es decir, si debemos hacer fuerza y utilizar los músculos para obtener lo esperado, al llegar a nuestro hogar y dejar de hacer esa actividad, nuestro cuerpo descansa y se encuentra en condiciones de volver a trabajar al otro día. Pero, no es tan fácil lograr el descanso de la mente, que, aunque nuestro cuerpo esté en aparente reposo, continúa pensando en lo que más le preocupa quedando en un estado de rumia o de “cognición perseverante”.1
Esta situación nos lleva a la fatiga mental. Lo único que sentimos es que no tenemos más fuerzas para continuar, por haber llegado a un nivel de saturación que reduce considerablemente nuestra capacidad de trabajo.
Un estudio de la funcionalidad del cerebro muestra que, durante el esfuerzo, las diversas áreas cerebrales estaban bien conectadas y organizadas. El agotamiento de los recursos mentales por el esfuerzo sostenido tuvo efectos mensurables en la conectividad funcional del cerebro, en el sentido de que las redes neuronales estaban menos organizadas después de un período de atención sostenida.2
Frente a esta situación, tenemos que cambiar el concepto de reposo estático con la mente activa por un reposo activo con una mente en proceso de descanso. Toda actividad que nos lleve a cortar con los pensamientos recurrentes estresantes estimula el reposo.
Voy a enumerar algunas actividades que son parte de ese reposo activo: salir a caminar; hacer una actividad deportiva, preferentemente en un deporte colectivo; tener momentos de juego con nuestros hijos; compartir momentos de sociabilización con amigos o familiares; cuidar una huerta; buscar el contacto con una mascota; desarrollar una actividad artística como tocar un instrumento o realizar algo plástico.
El apóstol Pablo, en Hebreos 3:7 al 4:11, habla acerca del reposo. En realidad, es un reposo con otras implicaciones, pero termina recomendando que imitemos a Dios, quien reposó después de los seis días de la Creación. El reposo sabático es ideal para nuestra mente. Dejar de lado toda preocupación cotidiana y dedicar nuestras energías a temas espirituales, un día entero en la semana, es parte del proceso de cuidar nuestra salud y de prepararnos para la eternidad.
Frente a toda situación que pueda aumentar nuestra fatiga mental, vayamos a Cristo, en oración y con confianza. Él sabe de nuestras preocupaciones y nuestro estrés; por eso el rey David escribió: “Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará” (Sal. 23:1, 2). RA
Referencias
1 J. F. Brosschot, W. Gerin y J. F. Thayer, “The perseverative cognition hypothesis: A review of worry, prolonged stress-related physiological activation, and health”, Journal of Psychosomatic Research (2006), 60(2), pp. 113–124.
2 T. Otto, F. R. H. Zijlstra y R. Goebel, “Neural correlates of mental effort evaluation involvement of structures related to self-awareness”, Social Cognitive and Affective Neuroscience (2013), pp. 1-9.
Es muy importante para el descanso para aliviar el estres y relajar los musculos
Gracias por compartir estos consejos. Me gustaría leer más acerca del uso del teléfono.