Un solo verbo que resume toda la historia de la redención.
“Cristo no entregó su vida hasta que hubo cumplido la obra que había venido a hacer, y con su último aliento exclamó: ‘Consumado es’. Su mano derecha y su brazo santo le habían conquistado la victoria. Como Conquistador, plantó su estandarte en las alturas eternas. ¡Qué gozo hubo entre los ángeles! Todo el cielo se asoció al triunfo del Salvador. Satanás estaba derrotado, y sabía que había perdido su reino” (Elena de White, El Deseado de todas las gentes, p. 706).
La sentida exclamación de victoria “Consumado es” de Jesús en la cruz es una sola palabra en la lengua original: tetelestai (Juan 19:30, RVR 1960). El verbo griego teleō, del cual deriva tetelestai, refiere a la acción de “cumplir/completar/terminar/acabar una actividad o proceso”. Bastan para ilustrar esta definición las traducciones al uso de tetelestai en Juan 19:30: “Todo está acabado” (Nácar-Colunga); “Queda terminado” (NBE); “Todo está cumplido” (BJ); “¡Consumado es!” (LBLA). Dado el ámbito de significado y la densidad de sentido que alberga tetelestai en este contexto, algunas versiones han optado por ofrecer más de una equivalencia: “¡Consumado es! (¡Cumplido está!)” (NBLH); “It is finished [completed; accomplished]” (EXB).
A la luz de lo dicho en cuanto al verbo teleō, y del contexto inmediato y más amplio de Juan 19:30, el uso del tiempo perfecto en modo indicativo y voz pasiva bien puede revestir dos tipos de lectura:
Opción 1. El verbo tetelestai funcionaría como un tiempo perfecto con valor extensivo, enfatizando la consumación de una acción pasada y su dimensión retrospectiva (pasado-presente): “Ha sido consumado”.
Opción 2. El verbo tetelestai funcionaría como un tiempo perfecto con valor intensivo, enfatizando el resultado presente de una acción pasada y su dimensión proyectiva (presente-futuro): “Está consumado”.
Esta última posibilidad expresiva del perfecto griego halla correspondencia en la sintaxis verbal del español mediante un valor del pretérito perfecto compuesto denominado “resultativo”, “evidencial” o “de hechos constatados”. Así, por ejemplo, en nuestra lengua, si decimos “La puerta se ha cerrado” (tiempo pretérito perfecto compuesto), implica que “la puerta está cerrada” (tiempo presente). Se destaca, de este modo, el resultado/efecto presente/vigente de una acción pasada. De hecho, así se explica el empleo del tiempo presente en nuestras versiones modernas al momento de traducir tetelestai en Juan 19:30, y su perceptible énfasis en la situación/estado presente/resultante: “Todo se ha cumplido” (NVI) implica que “Todo está cumplido” (BJ).
Hay que preguntarse, sin embargo, si es posible o, incluso, necesario, circunscribir el sentido de tetelestai en Juan 19:30 a una de las dos opciones mencionadas. Quisiera sugerir aquí que, en el presente contexto, y atendiendo al estilo polivalente de Juan, no elegir una opción es la mejor opción.
En tal sentido, existe un entramado semántico en el cuarto Evangelio que nos permite advertir y confirmar esta bidimensionalidad temporal retrospectiva y proyectiva que ostenta tetelestai en Juan 19:30.
Primero, el ministerio del Maestro consiste en teleiōsō-teleiōsas/terminar/llevar a cabo/cumplir/completar la voluntad/obra de quien lo envió, el Padre (ver Juan 4:34; 5:36; 17:4).
Segundo, Jesús de Nazaret, y la Deidad toda en su persona, nos amó eis telos/hasta el fin/hasta el extremo/al máximo (Juan 13:1).
Tercero, la vida y la obra del Nazareno no es otra cosa que la materialización histórica de la voluntad salvífica de Dios revelada en las Santas Escrituras. Así lo deja ver el inusual e intencional uso de teleioō en Juan 19:28: “Para que la Escritura se teleiōthē/cumpliese”, en lugar del verbo habitual para tales afirmaciones (pleroō).
Cuarto, como señalara el destacado teólogo suizo Oscar Cullmann en un lúcido artículo de 1948, tetelestai en Juan 19:30 abriga tanto un sentido cronológico (finalizar/terminar) como teológico (consumar/cumplir).
En virtud de lo expuesto, en la compleja referencia temporal de tetelestai convergen el pasado, el presente y el futuro. Nuestro amado Maestro resume en un verbo, y con tono triunfal, la historia de la redención. Tal como dijera Elena de White: “Cristo mismo comprendió plenamente los resultados del sacrificio hecho en el Calvario. Vio todo eso por delante cuando en la cruz exclamó: ‘Consumado es’ ” (El Deseado de todas las gentes, p. 713).
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