AMPLIA PROVISIÓN EN CRISTO

Una tierna invitación a depositar nuestras cargas y ansiedades en Cristo.

Vemos belleza, hermosura y gloria en Jesús. Contemplamos en él encantos incomparables. Él era la majestad del Cielo. Llenaba de esplendor todo el Cielo. Los ángeles se inclinaban en adoración ante él y obedecían prontamente sus órdenes. Nuestro Salvador renunció a todo. Dejó a un lado su gloria, su majestad y su esplendor, y descendió a esta Tierra y murió por una raza de rebeldes, que eran transgresores de los mandamientos de su Padre.

Cristo condescendió a humillarse para poder salvar a la raza caída; bebió la copa del sufrimiento, y en su lugar nos ofrece la copa de la bendición; sí, esa copa fue apurada por nosotros; y aunque muchos saben todo esto, eligen continuar en el pecado y la insensatez; y aun así, Jesús los invita. Él dice: “El que quiera, que venga y tome del agua de la vida gratuitamente”. Se han hecho provisiones para que aquellos que han sido fieles puedan ser coronados con honor, gloria e inmortalidad; para que vivan en su presencia y nunca más conozcan el dolor y el gemido. ¡Él se ha comprometido a coronarnos con gloria y, sin embargo, nos alejamos de sus ofrecimientos de misericordia!

Las verdades de la palabra de Dios han de ser colocadas sobre nosotros, y debemos aferrarnos a ellas. Si hacemos esto, tendrán una influencia santificadora en nuestras vidas; nos harán idóneos para que tengamos una preparación para el reino de gloria, para que cuando termine nuestro tiempo de gracia podamos ver al Rey en su belleza y morar en su presencia para siempre.

¿Qué requiere el Señor? Él requiere todo el corazón. Él dice: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu mente, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo. ¿Qué oportunidad da esto de amarte y servirte a ti mismo? ¿Qué concesión para que los afectos se desvíen de Dios, para manifestar interés en el mundo y las cosas mundanas? No; lo que se requiere es una entrega total. “Salgan de en medio de ellos, y apártense, […] y yo los recibiré” (2 Cor. 6:17).

Enoc representa a aquellos que permanecerán sobre la Tierra y serán trasladados al Cielo sin ver la muerte. Él representa a esa compañía que vivirá en medio de los peligros de los últimos días y resistirá toda la corrupción, la vileza, el pecado y la iniquidad y, sin embargo, no será manchada por todo ello. Podemos permanecer de pie como lo hizo Enoc.

Se ha hecho provisión para nosotros. La ayuda ha sido depositada sobre Uno que es poderoso; y todos podemos aferrarnos a su poderosa fuerza. Ángeles de Dios, que sobresalen en fuerza, son enviados para ministrar a aquellos que serán herederos de la salvación. Estos ángeles, cuando vean que estamos haciendo todo lo posible de nuestra parte para ser vencedores, harán su parte y su luz brillará a nuestro alrededor y hará retroceder la influencia de los ángeles malignos que están a nuestro alrededor, y harán una fortificación a nuestro alrededor como un muro de fuego. Se han hecho amplias provisiones para nosotros cuando estamos agobiados, cansados, abatidos y angustiados.

La ayuda ha sido depositada sobre Uno que es poderoso. El gran Portador de cargas, que tomó nuestra naturaleza para saber simpatizar con nuestra fragilidad y con nuestras tentaciones, sabe socorrer a los que son tentados.

¿Y dice: “Lleva tú mismo tus cargas”? No, sino: “Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré descanso. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mat. 11:28-30). […]

Cuánto más ligera que el peso del pecado y de la iniquidad. Cuánto más ligera que la conciencia que constantemente los hiere y los reprocha. Una conciencia violada es difícil de soportar. ¡Cuánto más fácil es el yugo de Cristo que todo esto!

Texto extraído de la Review and Herald del 19 de abril de 1870.

  • Mensajera del Señor, escritora y predicadora, Elena de White (1827-1915) fue una de las organizadoras de la Iglesia Adventista. Entre sus muchos escritos se encuentran cientos de valiosas cartas.

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