Una certeza sólida en medio de la confusión y la incertidumbre a fin de enfrentar el nuevo año con esperanza.
No sé qué nos deparará este año 2021 que está comenzando.
2020 comenzaba con incendios, inundaciones y otros desastres naturales… y lo que parecía una enfermedad aislada en China. Entonces, hacia marzo, la COVID-19 mostró toda su furia, para aterrorizar el planeta. Cuarentena tras cuarentena, hemos estado luchando desde entonces. Nada fue igual, y probablemente nada será igual. Y, cuando hacia fin de año queríamos mostrarnos optimistas por la pronta llegada de una vacuna, comenzó a circular una nueva cepa del virus; esta vez más contagiosa y, quizá, más letal.
No sé qué nos deparará este 2021 que está comenzando.
Porque los problemas que nos acosan están lejos de agotarse en una crisis sanitaria. El virus y las reiteradas cuarentenas han resquebrajado la economía mundial. Miles de empresas han cerrado, y millones de trabajadores han quedado en la calle.
No sé qué nos deparará este 2021 que está comenzando.
Porque la crisis sanitaria y económica ha lastimado todavía más el ya remendado y rasgado tejido social, trayendo hambre, desigualdad, desconfianza y violencia. Y por supuesto, está la degradación moral. Porque en muchos países, a pesar de estar inmersos en una crisis sin precedentes, parecieran creer que la salvación está en legalizar el aborto y garantizar que las personas puedan “cambiar” de sexo.
No sé qué nos deparará este 2021 que está comenzando.
No me gusta hacer futurología, y por eso no arriesgo algún augurio sobre lo que se viene. Aquí y allá vemos indicios y señales, y vemos que una tormenta se avecina. El sendero sinuoso que nos lleva hacia el fin de la historia no es un camino de rosas, y sabemos que se acercan tiempos peligrosos.
No sé qué nos deparará este 2021 que está comenzando.
JESÚS NUNCA NOS ABANDONARÁ; ES NUESTRO PROTECTOR”.
Pr. Marcos Blanco
Pero, de una cosa estoy seguro: Miguel, el poderoso Príncipe “protector de tu pueblo” (Dan. 12:1, NVI), está de nuestro lado y nos protege. O, como lo señala la Nueva Traducción Viviente, este arcángel “hace guardia sobre tu nación”; o es “el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” (RVC); o el que “vela sobre los hijos de tu pueblo” (LBLA); o “el protector que defiende a tu pueblo” (DHH). Sí, los tiempos peligrosos del fin también son la ocasión para que se levante Miguel, Jesús mismo, para salvar a su pueblo.
Miguel ya aparece antes en el libro de Daniel (ver Dan. 10), en un contexto en que Gabriel y los ángeles de Dios luchan contra los poderes de las tinieblas durante 21 días, y si no fuera por Miguel, la batalla no habría sido ganada. No tenemos espacio para explayarnos aquí sobre todo lo que implicaba esa batalla, pero el destino del pueblo de Dios estaba en juego: “Mientras que Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino de Medopersia para que mirasen con desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado en la controversia. Por medio del profeta Daniel, se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal. Durante tres semanas, Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes de que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en auxilio de Gabriel. […] Todo lo que podía hacer el cielo en favor del pueblo de Dios fue hecho. Se obtuvo finalmente la victoria; las fuerzas del enemigo fueron mantenidas en jaque mientras gobernaron Ciro y su hijo Cambises, quien reinó unos siete años y medio” (Elena de White, Profetas y reyes, pp. 418, 419).
Tengo una certeza para este año 2021: no importa qué peligros o desastres se avecinen, Jesús (Miguel, el protector de su pueblo) estará con nosotros, porque él lo prometió antes de partir al cielo luego de su muerte y su resurrección: “Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos” (Mat. 28:20, NTV).
Jesús nunca nos abandonará; es nuestro protector, es quien monta guardia sobre su pueblo, y es quien, en los tiempos peligrosos del fin, se levantará para salvar a su pueblo.
Pero, presta atención a que él no vendrá a salvar a personas aisladas aquí y allá. Vendrá a salvar a un pueblo. Pertenecemos a un pueblo, y monta guardia sobre su pueblo, y vendrá a salvarnos como pueblo.
¡Eso sí sé para este año 2021! RA
MARCOS BLANCO, pastor, Doctor en Teología y director de la Revista Adventista.
Este nuevo año ha empezado, sin embargo algunos tienen miedo de lo que pueda suceder en este año, gracias por este hermoso artículo que no sólo me hizo empezar un domingo con fuerza, sino un nuevo año. Espero que el señor les siga bendiciendo.