Este artículo fue escrito por Inteligencia Artificial (IA).

En los últimos meses, se hizo viral algo llamado “ChatGPT”. ¿Escuchaste hablar de esto? ¿Sabes más o menos de qué se trata?

ChatGPT es un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI –una herramienta de inteligencia artificial– que se utiliza para comprender y responder preguntas y mensajes en una conversación. Aunque hay muchos modelos de lenguaje disponibles, ChatGPT se destaca por su capacidad para comprender el contexto y el tono de una conversación, lo que le permite interactuar de manera más natural y fluida.

Es decir que, gracias a la IA, una máquina es capaz de “entender” el lenguaje natural y responder de manera coherente, tal como lo haría una persona.

Para entender cómo funciona ChatGPT, es necesario conocer algunos conceptos básicos de aprendizaje automático y aprendizaje profundo. El aprendizaje automático es una rama de la inteligencia artificial que se centra en desarrollar sistemas que puedan aprender por sí mismos a partir de datos, en lugar de ser programados explícitamente para realizar tareas específicas. El aprendizaje profundo es un tipo de aprendizaje automático que utiliza redes neuronales para procesar grandes cantidades de datos y encontrar patrones ocultos en ellos.

En el caso de ChatGPT, se trata de un modelo de lenguaje basado en aprendizaje profundo. Esto significa que se ha entrenado con grandes cantidades de texto y se le ha permitido aprender por sí mismo a través del proceso de “aprendizaje por transferencia”. A medida que se le presentan nuevas tareas, ChatGPT puede aplicar lo que ha aprendido previamente para resolverlas de manera más eficiente.

La inteligencia artificial está cambiando la forma en la que interactuamos con la tecnología. Tanto que ¡todo lo que leíste hasta aquí en esta columna no fue escrito por mí, sino por ChatGPT! ¿No es increíble?

Ahora, ¿por qué decidí escribir sobre esto? Es muy simple. Porque muchas veces somos como esta herramienta de ChatGPT (y otras que surgirán en el futuro). ¿Qué quiero decir con esto? Que podemos aprender todo tipo de información y comunicarla con el lenguaje más natural, pero la información sin aplicación no lleva a la transformación. La información ¿es necesaria? Lo es, pero no es suficiente. No se trata solamente de conocer sobre Dios, sino de conocer a Dios. Lo primero se reduce a la información, lo segundo incluye intimidad.

Isaías 1 describe el estado del reino de Judá antes del exilio babilónico, y allí Dios les dice (en el versículo 11): “¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas ni de machos cabríos”.

Cuando leemos esto, nos preguntamos: ¿Acaso Dios estaba cancelando todo el sistema de sacrificios dado por Moisés? Y la respuesta es “no”. Lo que estaba intentando decir es: “¿De qué me sirve que sepan todos los servicios del Santuario (información), si no entienden su verdadero sentido (intimidad)?” O, en palabras del propio profeta en Isaías 29:13: “Este pueblo se acerca a mí con la boca, y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”.

Reflexiona sobre tu propia vida: ¿Te estás limitando a aprender y transferir información como ChatGPT o es hora de poner tu corazón donde están tus labios? Busca conocer a Dios, cultiva una relación íntima y personal con él diariamente, y muy pronto cosecharás el fruto del Espíritu Santo en tu vida. ¡Hasta la próxima entrega!