“Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!”.
Salmo 139:13, 14
¿Sabías que se necesitó una explosión y casi 6 kilos de hierro para marcar el comienzo de la era moderna del estudio del cerebro? En 1848, un trabajador de 25 años llamado Phineas Gage estaba rompiendo rocas con el fin de despejar el camino para una nueva línea ferroviaria en Vermont, Estados Unidos.
Como tantas otras veces, Gage y sus compañeros efectuaban una profunda perforación en la roca, la llenaban de pólvora y la apisonaron con una barra de hierro; sin embargo, en esta ocasión, la fricción de la barra con la roca provocó una chispa y se produjo una detonación. La barra de hierro salió expulsada a gran velocidad e impactó en el rostro de Gage, penetró en la mejilla izquierda y atravesó el lóbulo frontal izquierdo de su cerebro.
Para sorpresa de muchos, Gage no murió. Sin embargo, la personalidad de Phineas Gage cambió drásticamente. Esto se debe a una de las tantas funciones que cumple esta estructura maravillosamente diseñada que es nuestro cerebro. ¿Les parece si la conocemos un poco más?
El lóbulo frontal es uno de los cuatro lóbulos de la corteza cerebral y constituye una región grande que está situada en la parte delantera del cerebro, justo detrás de la frente y cumple las siguientes funciones:
- Permite que puedas ejecutar movimientos como, por ejemplo, lavarte los dientes, cocinar, escribir una nota o correr una maratón.
- Específicamente su parte prefrontal controla los procesos cognitivos a fin de que tus conductas se realicen de forma correcta.
- Traza estrategias, toma decisiones y resuelve problemas. También se asocia con nuestra capacidad de ser creativos.
- ¿Eres capaz de posponer tus ganas de hacer algo placentero porque debes cumplir una tarea importante? O ¿eres capaz de morderte la lengua antes de responderle a una persona que está siendo agresiva contigo? Pues, eso debes agradecérselo a tu lóbulo frontal y a su capacidad de inhibir conductas.
- Finalmente, este lóbulo también es responsable por varias de las características que configuran nuestra personalidad, como ya habrás concluido a partir del accidente de Phineas Gage. Ese cambio de personalidad de Gage no duró mucho más de dos o tres años. Gage pasó a trabajar como conductor de larga distancia en Chile, un trabajo que requería considerables habilidades de planificación y concentración.
Este capítulo de la vida de Gage nos entrega un mensaje poderoso: no hay duda de que, detrás de esta estructura maravillosa que llamamos cerebro, hay un Dios creador que la diseñó a la perfección. Una estructura tan plástica y resiliente que cambia, se regenera, e incluso –en casos de daño cerebral masivo– puede rehabilitarse.
¿Estás dudando de la existencia de Dios? Los astrónomos te dirán que estudies sobre las estrellas, las galaxias y los agujeros negros. Un botánico te dirá que observes los detalles de cada flor, de cada hoja y del proceso de generación de clorofila. Yo, por mi parte, te animo a que conozcas más sobre tu cerebro. Te aseguro que el diseño inteligente será tan evidente que no podrás refutar la existencia del Creador eterno.
Muy lindo la historia y las funciones que realiza mi lado frontal de mi cerebro ….. me hizo reflexionar lo cuidare.. agradecido a Dios. Que maravilla☻