Los libros y su papel vital en el crecimiento de la iglesia.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día cree, enseña y predica toda la Biblia, pero tiene una relación especial con Daniel y Apocalipsis, pues ambos afirman nuestro mensaje y nuestro papel proféticos. Es interesante observar que, en ellos, Dios valora la figura de los libros. En Daniel 12:4, él ordena: “Sella el libro”. Y en Apocalipsis 10:9 al 11 usa la figura de un libro dulce que se vuelve amargo, para describir el nacimiento del Remanente. Observando toda la Biblia, no es difícil notar que Dios tiene un cariño especial por las publicaciones.
La historia de nuestra iglesia también está ligada a la fuerza de las publicaciones. Los libros ejercieron un papel vital en nuestra formación doctrinal, en el fortalecimiento de la fe y en el cumplimiento de la misión.
El teólogo e investigador Víctor Casali analizó, en su obra Laicos, publicaciones y crecimiento de iglesia, el inicio de la obra adventista. Él identificó que la década de 1870 fue cuando la iglesia experimentó su mayor crecimiento. Pasamos de 5.440 miembros a 15.570, lo que significa una triplicación de tamaño.
Los tomos 3 y 4 de los Testimonios para la iglesia contienen los mensajes escritos por Elena de White durante estos años. En la introducción del tomo 4, los fideicomisarios del Patrimonio White registran que, en aquellos días, “la obra de la denominación había entrado en un período de rápida expansión” (p. 9).
El tomo 3 de los Testimonios presenta los mensajes escritos por la mensajera del Señor entre 1872 y 1875. Fue el tiempo cuando su esposo, James White, se enfermó por el peso de la responsabilidad de una iglesia que avanzaba rápido, pero con poca estructura.
El tomo 4 contiene los mensajes escritos entre 1875 y 1881. Fueron los últimos años de James White, un período en que su vida fue consumida por el peso de una obra en expansión. El rápido crecimiento de la iglesia y el desgaste que este causó a su salud fueron el contexto de los mensajes escritos por Elena de White, y estos confirman el rápido avance de la obra adventista.
En este sentido, los historiadores Richard Schwarz y Floyd Greenleaf presentan varias razones para el fuerte crecimiento de este período. Sin embargo, una de las más relevantes fue el surgimiento de las “sociedades misioneras y de tratados”, que dieron protagonismo al uso de la literatura en nuestra consolidación y expansión (Portadores de luz, p. 147).
Por su parte, John N. Loughborough, pionero, líder e historiador del Movimiento Adventista, creía que el surgimiento de la Sociedad Misionera y de Tratados fue lo que impulsó una nueva era en el avance de nuestra obra y nuestro mensaje.
Cuando miramos el surgimiento de la obra adventista en tierras sudamericanas, la literatura también fue protagonista. En siete de los ocho países que componen la División Sudamericana (DSA), la obra comenzó con colportores y el mensaje impreso.
Hasta hoy, nuestras casas editoras continúan siendo relevantes para el cumplimiento de la misión de preparar a un pueblo para encontrarse con el Señor. Entre las muchas maneras por las que esto ha sucedido, se encuentra el “libro misionero”, que ha sido preparado y distribuido a la iglesia, por un valor reducido, durante los últimos trece años. En 2021, en un plan especial, el libro misionero Esperanza para un mundo en crisis, escrito por el pastor Mark Finley, será entregado gratuitamente a la iglesia, con los costos cubiertos por nuestras casas editoras, en conjunto con la DSA, Alimentos Granix y cada una de las uniones. Se imprimirán más de 20.000.000 de ejemplares, lo que llevará la suma de libros distribuidos desde 2007 a casi 308.000.000, especialmente en el Impacto esperanza.
Somos una iglesia que cree en el evangelismo por medio de las publicaciones y confía en la promesa de que “más de mil personas se convertirán en un solo día, la mayor parte de las cuales adjudicará sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones” (Elena de White, El evangelismo, p. 694).
En Caleta Olivia los libros salen 30 pesos.