¿Cómo está la comunicación en tu pareja? Una buena comunicación es componente vital para el éxito de la pareja, y suele determinar no solo la calidad de la relación, sino también buena parte de nuestra calidad de vida.
Es por ello que la comunicación en general, y en la pareja en particular, ha sido objeto de estudio por parte de innumerables especialistas, investigadores y escritores. Quizás uno de los autores que más ha contribuido en esta área sea el constructivista Paul Watzlawick y su Teoría de la comunicación humana, que a su vez deviene del conductismo clásico (Pavlov, Watson, Skinner y otros). Cabe mencionar, además, los aportes más recientes de Masters y Johnson, y John Gottman, entre otros. Este último, por ejemplo, llegó a la conclusión de que se puede predecir en un 95 % el éxito o el fracaso de una pareja sobre la base a sus hábitos o estilo de comunicación.1
Más allá del aporte particular de cada autor, todos coinciden en la importancia de la buena comunicación para una relación de pareja estable y saludable. Pero ¿cómo lograrlo? ¿Por qué tantas parejas fallan en este aspecto? Este mes, contamos con el valioso aporte del licenciado en Psicología Alberto Lombardi, quien, sumado a su estudio de los especialistas en el área, aporta desde su experiencia profesional los siguientes diez consejos para una buena comunicación en la pareja:
- El principio más indispensable es saber escuchar al otro, darle su espacio para que se exprese y el tiempo necesario para que elabore una respuesta. No lo presiones y no lo interrumpas, espera a que finalice su oración para contestar. Recuerda que hay “tiempo de callar, y tiempo de hablar” (Ecl. 3:7).
- Es necesario que le hagas saber a la otra persona que realmente la estás escuchando. Esto puedes hacerlo respondiendo: “Ya veo”; “Entiendo”, u otras frases cortas. Además, es imprescindible que haya contacto visual y gestos, puesto que esto último también es un lenguaje aparte, muy importante.
- Intenta no distraerte, y si lo haces, trata de concentrarte nuevamente en la conversación de inmediato.
- No brindes tu ayuda precipitadamente ni propongas posibles soluciones rápidas a lo que tu cónyuge te está contando.
- No des tu negativa a lo que la otra persona siente ni empieces a relatar tu vida con frases como: “Eso no es nada, a mí me pasó algo peor”.
- No critiques a la otra persona en sí, sino lo que hace. Por ejemplo, en vez de decir: “Eres un inútil”, di: “Este último mes limpiaste mal la casa”.
- Limítate a hablar sobre el tema específico en discusión, no aproveches la ocasión para traer a colación otras cuestiones ajenas o secundarias.
- No hables constantemente de los errores pasados, porque producen malas emociones y no suma en nada. Menciónalos solo si servirán para obtener un resultado positivo y constructivo.
- Evita ser demasiado específico. Por ejemplo, si te sientes solo porque tu pareja se encuentra muy ocupada, no expreses ese malestar diciéndolo, sino propón una solución como “¿Y si esta noche cenamos juntos?”
- No uses excesivamente palabras como “Siempre” y “Nunca”, porque rara vez expresan verdades. Si lo que quieres es llegar a un acuerdo, entonces opta por “Últimamente”; “En ocasiones”; y “A veces”, entre otras.
Si bien esta lista de consejos no pretende ser exhaustiva ni agotar el tema, es una buena manera de comenzar a evaluar nuestra comunicación en pareja y buscar mejorarla día a día. Es importante entender, además, que cada palabra y cada gesto transmiten una serie de ideas y sentimientos, aun inconscientemente. Ya lo dijo sabiamente Elena de White: “Vigilen sus palabras, porque ellas ejercen una influencia considerable para bien o para mal” (El hogar cristiano, p. 88).
Sí, todos nos comunicamos. Pero no todos lo hacemos bien. Lo bueno es que todos podemos aprender a expresarnos mejor. Esperamos que estos consejos ayuden a tomar conciencia de la importancia de aprender a comunicarnos de manera adecuada.
Escrito con la colaboración de Alberto Lombardi, Licenciado en Psicología, con especialización en psicoterapias breves, terapeuta de parejas y sexólogo clínico. Se le puede escribir a (clic aquí).
Referencias:
1 J. M. Gottman, Why Marriages Succeed or Fail (Nueva York: Simon & Schuster Inc., 1994).
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