“Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso” (Apoc. 2:1).
En Apocalipsis 1:1, la “cadena de la revelación” comienza con Dios, y pasa sucesivamente por Jesucristo, el ángel, Juan y los siervos de Dios en las siete iglesias de Asia. ¿Cómo se explica que aquí la secuencia sea implícitamente: Dios > Jesucristo > ángel > Juan > ángel de la iglesia > iglesia? Si el “ángel de la iglesia” es el mismo que recibió la revelación de parte de Jesucristo para transmitirla a su vez a Juan, no tendría sentido que ahora Juan le comunicara a ese mismo ángel la revelación que recibió precisamente de él.1
Entonces, el “ángel de la iglesia” debe tratarse de otra persona. ¿Se trata de un ser sobrenatural que velaba por cada iglesia en particular, algo así como un ángel guardián eclesial (comparar Dan. 10:20, 21)? En vista de que la palabra griega ággelos, traducida como “ángel”, significa simplemente “mensajero” y en la Biblia designa, eventualmente, a seres humanos que actúan como voceros de Dios (ej.: Mat. 11:10; Mar. 1:2; Luc. 7:24, 27; 9:52; 2 Cor. 12:7), ¿podría estar refiriéndose aquí a cada uno de los principales dirigentes de las iglesias; algo así como lo que en algunas confesiones cristianas se conoce con el nombre de “primer anciano” o “director de la congregación”?2, el encargado de compartir a viva voz el mensaje del apóstol con sus hermanos congregados a tal efecto (Apoc. 1:3). De ser así, esta sería la excepción a la regla joanina en Apocalipsis, donde la palabra se usa 75 veces para referirse a seres celestiales.
Una tercera opción, tal vez simultánea con la anterior, podría ser que la expresión “el ángel de la iglesia” simplemente signifique “el mensajero que es la iglesia” o “la iglesia como mensajera”. En tal sentido, la expresión griega traducida como “de la iglesia” [tes en Eféso ekklesías] podría ser catalogada gramaticalmente como un genitivo de aposición, también conocido como genitivo de identidad, de contenido, de definición o de explicación. Es decir, la expresión en caso genitivo (tes ekklesías) serviría como una explicación o extensión del significado de la palabra a la que modifica o describe (ángel).3
Aparentemente en favor de esta opción, Apocalipsis 1:20 expresa que los siete ángeles de las siete iglesias son la realidad simbolizada por las siete estrellas que están en la mano derecha de Jesucristo, el Testigo fiel y verdadero. De hecho, esa comprensión eclesiástico-corporativa ha sido vista por algunos también detrás del triple mensaje angélico de Apocalipsis 14:6 al 13.
En el Antiguo Testamento, las estrellas representan a veces a seres sobrenaturales y soberanos humanos (ej.: Isa. 14:12); pero otras veces al pueblo fiel de Dios que ilumina con el conocimiento de origen divino a quienes están en tinieblas.4 Por otra parte, Apocalipsis 1:20 menciona claramente que las siete candeleros representan al pueblo de Dios que estaba en Asia Menor (comp. 2:5). Así, Apocalipsis 1:20 implicaría que una misma realidad, el cristianismo fiel en la provincia de Asia, está representado simultáneamente mediante dos fuentes de luz: las estrellas y los candeleros. RA
Referencias:
1 Comentario bíblico adventista (Boise: Publicaciones Interamericanas, 1987), t. 7, p. 741.
2 Ibíd.
3 Véase James A. Brooks y Carlton L. Winbery, Syntax of New Testament Greek (Washington: University Press of America, 1979), pp. 15, 16. Allí se mencionan Rom. 4:11; 2 Cor. 5:1, 5; Efe. 2:20 y 2 Ped. 2:6 como ejemplos de este uso del caso genitivo en griego.
4 Ej.: Dan. 7:21, 25; 8:10, 12, 13, 24; 12:3; cf. Gén. 37:9; Dan. 12:5; Apoc. 1:16, 20; 2:1; 3:1; 12:1, 4, 13-17; especialmente 12:1, donde las estrellas son asociadas con el número 12, símbolo del pueblo de Dios.
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