Al referirnos en esta oportunidad al Pr. Rodolfo Hein, evocamos una extensa trayectoria guiadora y ejemplar en el servicio misionero y pastoral, en la administración académica, y en los cuarenta años de tarea docente en las repúblicas de Argentina y Costa Rica.
Rodolfo Guillermo Hein nació en Hohenau, Itapúa, República del Paraguay, el 24 de diciembre de 1929. Su familia fue pionera dentro del adventismo paraguayo. Adquirió posteriormente la ciudadanía argentina. Casado con Glacy Nellie Gerber, trabajó como pastor en el Uruguay y en la Argentina, y como misionero de avanzada en la región amazónica del Brasil. Fue ordenado al ministerio en Manaus, República del Brasil (1963), y se dedicó luego a la preparación teológica de nuevos pastores.
Realizó sus estudios secundarios en el Instituto Juan Bautista Alberdi (hoy Instituto Superior Adventista de Misiones), Leandro N. Alem, República Argentina, y en el entonces Colegio Adventista del Plata, en Libertador San Martín, Entre Ríos, en el mismo país, entre los años 1947 y 1957.
En busca de la mejor preparación para el servicio, conquistó todos los títulos que consideró necesarios. Primero estudió Enfermería, en la filial de la Cruz Roja Argentina. Se diplomó, al mismo tiempo, como Licenciado en Teología en el Colegio Adventista del Plata. Diez años después, en esta última institución se tituló como Bachiller Superior en Teología. Entre 1969 y 1971, estudió la maestría en Divinidades en la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan, Estados Unidos. En años posteriores, se le otorgó el rango académico de Catedrático Emérito, por la Universidad Adventista de Centroamérica, en Alajuela, Costa Rica (2005); y en 2014, la misma casa de altos estudios le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
En este sentido, su foja de servicios es significativa. Primero, fue profesor y director en la Escuela de Teología del Centro Adventista de Estudios Superiores, Alajuela, Costa Rica (1972-1979). Después, fue profesor y director del departamento de Teología del Colegio Adventista del Plata (1983-1990).
Continuó como profesor de Teología y secretario académico de la Facultad de Teología de la ahora Universidad Adventista del Plata (1991-1995). Ya jubilado, fue profesor y coordinador de la Escuela de Teología de la Universidad Adventista de Centroamérica, Alajuela, Costa Rica (1997-2016). Adicionalmente, ha ofrecido decenas de cursos de extensión y seminarios en países como Argentina, Uruguay, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala.
Su trayectoria pastoral y misionera es también admirable. Fue pastor de distrito en Montevideo, Rep. Oriental del Uruguay (1959-1961). De allí, se trasladó al campo misionero, como capitán de una lancha médico-misionera en la Misión Central Amazonas, de la Unión Norte Brasileña (1962-1966). A bordo de la Luzeiro V, actuó en el río Juruá llevando alivio a los dolientes y esperanza a los ribereños. Solo el viaje de Manaus a Carauari le tomaba 150 horas. En un viaje muy ocupado, podía llegar a atender a 2.500 enfermos y a extraer 1.000 dientes. En una comunidad llamada Lili, Rodolfo trabajó en favor de tres tribus indígenas. Alguna vez se le escuchó decir que aquellos años en el Amazonas fueron los más felices de su ministerio. Al dejar de navegar los ríos, volvió a ser pastor de distrito, y director de Educación y Jóvenes, en Manaus, Rep. del Brasil (1967-1969). Años después dejaría, de momento, las cátedras, para ser pastor de distrito en Buenos Aires, Rep. Argentina (1980-1982); y antes de trasladarse a Costa Rica fue pastor en Crespo, Entre Ríos (1996).
Algo permanece en mi memoria, de la primera vez que escuché predicar al pastor Hein, en los años ‘80. Él era un hombre de mediana edad, más bien alto, sobrio, de anteojos gruesos. Tomó su Biblia, y la mantuvo abierta en su mano todo el tiempo en el libro de los Salmos, mientras hablaba con cariño, calidez y profundidad espiritual. Fuimos colegas en la Universidad Adventista del Plata por tres años, hasta su jubilación. Solo que, para mi asombro, fue invitado a volver a Costa Rica, donde continuó enseñando durante otros veinte años.
Pedí al pastor Carlos Hein (hoy director de la Asociación Ministerial de la División Sudamericana) que me contara algo más acerca de su tío. Estas son sus conmovedoras palabras: “Como sobrino, lo que me ha impactado siempre de Rodolfo ha sido su pasión por Jesús. Recuerdo de niño haberlo escuchado predicar, y era imposible no enamorarse de Jesús. Al igual que su madre, era un voraz lector de Elena de White. Creo que eso lo llevó a tener tanta pasión por Jesús”.
Dios bendiga al Pr. Rodolfo Hein en los años de su ancianidad, y ahora, de regreso en nuestras tierras sudamericanas. RA
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