JESÚS Y EL SÁBADO

31/01/2017

Para comprender la relación de Jesús con el sábado, debemos remontarnos al mismo comienzo de su ministerio aquí en la Tierra. El episodio narrado en Lucas 4:16 al 30 evidencia que el sábado está estrechamente relacionado no solo con la práctica religiosa de Jesús, sino también con su misión. El versículo 16 narra que “Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, y en el día de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se levantó a leer las Escrituras”.

Lo más interesante de ese sábado es que, para comenzar oficialmente su ministerio, Jesús decide dar un discurso inaugural. Se levantó a leer las Escrituras, y leyó el texto de Isaías 61:1 y 2 (Isaías 58:6 también es aludido en este pasaje): “El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor” (Luc. 4:18, 19). Al terminar de leer, se sentó nuevamente, afirmando: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes” (vers. 21). El texto de Isaías 63 que Jesús leyó utiliza la misión liberadora y redentora de los años sabáticos descritos en Levítico 25 para hablar de la misión del Mesías. En este sentido, la institución del sábado prefiguraba la naturaleza redentora y liberadora de Jesús.

Así, Jesús no solo anunció el comienzo de su ministerio público en sábado, sino también relacionó este día con el centro de su misión. No es casualidad, entonces, que tanto el Evangelio de Marcos como el de Lucas describan que el primer milagro de Jesús, la liberación de un hombre poseído por Satanás, sucedió en sábado (Mar. 1:21-28; Luc. 4:31-37), dándole un significado redentor a sus sanaciones en sábado. De hecho, Lucas los presenta inmediatamente después de su discurso sabático inaugural en Nazaret. El primero ocurrió en la sinagoga de Capernaún, durante la reunión sabática. El milagro de Jesús trajo sanación espiritual a un hombre poseído por el demonio (Luc. 4:31-37), mientras el segundo, la sanación de la suegra de Simón (Luc. 4:38, 39), produjo restauración física en la mujer. 

«El sábado prefiguraba la naturaleza redentora y liberadora de Jesús”.

Solo el Evangelio de Lucas reporta la curación de la mujer encorvada  en una sinagoga durante el sábado (Luc. 13:10-17). Lo más interesante de este episodio es que, en una narración tan breve, tres veces se utiliza el verbo “liberar” para referirse a la acción de Jesús (13:12, 15, 16). La triple repetición indica un énfasis, con el que Jesús intenta relacionar su sanación en sábado con su declaración de misión expresada en Lucas 4:18: “Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos […] a poner en libertad a los oprimidos”. En este caso, el día sábado, que fue pensado para liberarnos de la esclavitud del trabajo, funciona como un símbolo de la libertad del pecado y de Satanás que Jesucristo vino a traer.

Dos milagros narrados por el Evangelio de Juan evidencian el vínculo  entre el sábado y la obra de salvación de Cristo (Juan 5:1-18; 9:1-41). Tras la sanación del paralítico, los líderes del pueblo lo acusaron por cargar su lecho en sábado, algo prohibido en sábado por la tradición judía, pero no especificado en la Biblia. Además, acusaron a Jesús de quebrantar el sábado al sanar a este paralítico. La respuesta de Jesús es ha menudo citada para afirmar que él abolió el sábado: “Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo” (Juan 5:17). Sin embargo, cuando es analizado en el contexto de los evangelios, el “trabajo” de Jesús no se refiere a una acción creadora ni sustentadora continuas, sino a su misión redentora. En el mismo Evangelio de Juan, Jesús mismo identificó su trabajo y el trabajo de su Padre: “Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel que él ha enviado” (Juan 6:29).

Así, la misión redentora y salvífica de Jesús está estrechamente relacionada con sus curaciones sabáticas, dándole el verdadero sentido al mandato del sábado, que implica no solo reposar, sino también buscar el bienestar y la salvación del prójimo. Precisamente, antes de dos episodios en que Jesús reveló la verdadera dimensión del sábado, Cristo expresó: “Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana” (Mat. 11:28-30).RA

  • Pastor y doctor en Teología. Desempeña su ministerio en la ACES desde 2001. Autor de "Versiones de la Biblia", es Jefe de Redacción y director de la Revista Adventista desde 2010. Está casado con Claudia y tiene dos hijos: Gabriel y Julieta.

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1 Comentario

  1. carlos a

    que significa prefiguraba se que es un verbo en tiempo pasado o copreterito , como lo interpreto
    prefigurar es anticipar o dar a conocer una cosa con anticipacion
    agradezco su informacion
    saludos

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