Francisco Belvedere aceptó el adventismo en la década de 1930, por la lectura de publicaciones de la iglesia y fue un misionero perseverante. Por eso, su hijo Daniel (quien nació en la Ciudad de Buenos Aires, Rep. Argentina) lo vio desde dar testimonio y compartir el evangelio con amor. Su madre, Ángela Paula Mastrángelo de Belvedere, se acercó a la iglesia por influencia de unos vecinos adventistas, convirtiéndose también en una difusora amable y permanente de la fe.
Daniel creció en ese ambiente. El pastor Benjamín Treiyer lo bautizó a los catorce años; y lo preparó para su primera campaña pública. Con solo quince años, Daniel dirigió unas reuniones de evangelización en el garaje de un vecino. Así comenzaba el destacado ministerio del Pr. Daniel Belvedere, el evangelista innovador.
Cuando terminó la escuela secundaria, se trasladó al entonces Colegio Adventista del Plata para estudiar Teología. El año 1960 fue importante para él: se casó con Laura Casali y comenzó su trabajo pastoral en la región argentina de Cuyo. En esa etapa de aspirantes al ministerio, Laura dio estudios bíblicos, realizó tareas de gestión docente y participó en actividades musicales. En Villa Mercedes, San Luis, Daniel introdujo con éxito la idea de organizar programas especiales durante Semana Santa. Luego trabajó con el programa La voz de la juventud (en Mendoza) y continuó en Catamarca con una variedad de estrategias evangelizadoras.
En 1965, los Belvedere estaban de regreso en Buenos Aires. En 1967, la Asociación Bonaerense llamó al Pr. Belvedere como secretario ministerial y evangelista, tarea que realizó con pasión y sacrificio. Las conferencias evangelizadoras que dirigió en lugares como Olavarría, San Nicolás, Necochea, 25 de Mayo, San Miguel, Villa Ballester, Capital Federal y otras ciudades bonaerenses fueron importantes para el crecimiento de la iglesia y el surgimiento de nuevas congregaciones. Tanto Laura como sus hijos Carlos, Héctor y Silvia debieron aceptar con nostalgia las largas ausencias, y la entrega total del esposo y padre al llamado de la misión.
En 1970, el Pr. Belvedere creó el primer manual para un novedoso sistema de trabajo misionero titulado Evangelismo en Semana Santa. El material contenía el plan general de reuniones, bosquejos de sermones, programas para los minutos previos, indicaciones para el uso de diapositivas, temas posteriores y poesías. A partir de allí, se generalizó esa estrategia efectiva de aprovechar esos días de sensibilidad religiosa para organizar reuniones de predicación
El mismo fervor por la evangelización del Pr. Belvedere continuó en la Unión Austral. Allí experimentó con nuevos métodos y decidió utilizar carpas para presentar programas atractivos e interactivos, con música, medios audiovisuales y el apoyo de equipos de trabajo. Hablaba de la familia, de la salud y de la Biblia en campañas de tres meses de duración. Las carpas se llenaban, y las conferencias se repetían en dos y hasta tres turnos.
Resta intentar una síntesis de los años vertiginosos que siguieron: fue profesor de Teología en el Colegio Adventista del Plata; estudió una maestría en Teología en la Universidad Andrews (Michigan) y una maestría en Salud Pública en la Universidad de Loma Linda (California); sirvió otra vez como secretario ministerial y evangelista en la Unión Austral; y fue secretario ministerial y evangelista en la División Sudamericana por catorce años, con el desafío especial de alcanzar a las clases altas y secularizadas. Luego, enseñó Teología y dirigió la radio en la Universidad Adventista del Plata; obtuvo el título de Doctor en Ministerio en la Universidad Andrews y consagró los últimos años de su ministerio a la División Euroafricana, antes de regresar a la Argentina.
A más de 45 años del lanzamiento de aquel manual para Semana Santa, cabe celebrar la iniciativa del Pr. Belvedere como creador y organizador de ese programa singular. Pocos han ejercido una influencia tan grande sobre otros misioneros adventistas como él y pocas estrategias han tenido el alcance y la continuidad en el tiempo como los programas de evangelización en Semana Santa. Muchas personas, en todas partes, han conocido el mensaje de salvación por medio de ese plan sencillo y provechoso de predicación del evangelio.RA
Que hermoso este hombre de Dios. Bendiciones pastor tengo un libro suyo qye encontre del año 1987 sobre Revelaciobes del Apocalisis.
Este evangelizador estuvo en Bolivia, alla por 1980, y contribuyo a la creacion de la iglesia de Calacoto, el barrio de la clase mas alta y secularizada de la ciudad de La Paz.