Revelando los misterios de Daniel 11.
En los dos últimos artículos hemos presentado los paralelos entre Daniel 2, 7 y 8. Vimos que Daniel 2 tiene un énfasis político, Daniel 7 tiene énfasis religiosos y su relación con el pueblo de Dios, y Daniel 8 se concentra en la sucesión de los mismos poderes o reinos desde la perspectiva del Santuario. En esta ocasión, vamos a dar una revisión a los paralelos de Daniel 11 y 12 con los capítulos anteriores.
En Daniel 11:2 se le dice a Daniel que el Imperio Persa seguiría por un tiempo más, pero que luego aparecería un rey poderoso (vers. 3). Sin embargo, su reino sería quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo (vers. 4). Esta idea ya ha sido sugerida en Daniel 7 y 8. El leopardo tiene cuatro cabezas (Dan. 7:6) y al macho cabrío se le quiebra el cuerno prominente que tiene y en su lugar emergen cuatro cuernos hacia los cuatro vientos del cielo (Dan. 8:8). Por lo tanto, estamos frente al mismo poder, Grecia, y la división en cuatro grandes provincias. Podemos ver el siguiente cuadro:
Daniel 2 | Daniel 7 | Daniel 8 | Daniel 11-12 | |
Babilonia | Cabeza de oro | León con alas | ||
Medo Persia | Pecho y brazos de plata | Oso con tres costillas | Carnero con dos cuernos | Príncipe de Persia |
Grecia | Vientre y muslos de bronce | Leopardo con cuatro cabezas y cuatro alas | Macho cabrío con cuerno prominente que en su lugar le salen cuatro cuernos | Príncipe de Grecia Rey poderoso quebrantado y dividido hacia los cuatro vientos del cielo |
Ahora, a partir de aquí, los paralelos que se encuentran son características de lo que haría un nuevo poder. Como punto de partida, Daniel 11 anuncia la aparición de poderes que harán [asah] lo que quieran [ratson] (vers. 3, 16, 36). En los tres casos se usa el verbo asah junto con el sustantivo ratson, y esta construcción gramatical parece apuntar a una nueva etapa en el panorama histórico-profético. La primera vez que aparecen estos elementos es cuando se anuncia al Imperio Griego (vers. 3), la segunda vez con el inicio del Imperio Romano (vers. 16) y la tercera apuntaría a la Roma religiosa (vers. 36). Cabe destacar que el poder romano papal es una extensión del Imperio Romano, tal como sucede en Daniel 7, donde el cuerno pequeño es parte de la bestia indescriptible.
En cuanto al Imperio Romano, que aparecería desde Daniel 11:16, se dice que durante este período se destruye al príncipe del pacto (vers. 21). De hecho, este poder gobierna sobre la “tierra hermosa” (vers. 16), que es una referencia a Palestina (2 Sam. 1:19; Dan. 8:9). Es bajo el dominio del Imperio Romano que el príncipe del pacto sería quebrantado (Dan. 11:22). El príncipe del pacto aparece en Daniel 9:25 como el Mesías príncipe. Así, este príncipe no es otro que el Mesías profetizado en Daniel 9.
Ahora, en cuanto al poder romano papal, encontramos que este poder ejerce acciones ya mencionadas antes en el libro: (1) se levanta sobre todo dios y habla ofensas contra Dios (Dan. 7:25, 8:11); (2) está en contra del pacto (Dan. 11:30) que se conecta con la Ley de Dios (Dan. 7:25); (3) ataca el Santuario, quita el Continuo y establece la abominación desoladora (Dan. 11:31; Dan. 8:11-13); (4) va contra los entendidos (Dan. 11:33, 35; Dan. 7:25).
Cuerno pequeño Daniel 7 | Cuerno pequeño
Daniel 8 |
Daniel 11 | |
Acciones de Roma papal | Contra Dios | Contra Dios | Contra Dios |
Contra el pueblo de Dios | Contra el pueblo de Dios | Entendidos perseguidos | |
Contra la Ley de Dios | Contra la verdad divina | Contra el pacto | |
Contra el Santuario | Contra el Santuario | ||
Establece la abominación desoladora | Establece la abominación desoladora | ||
Quita el Continuo | Quita el Continuo |
La última etapa de la profecía aparece en Daniel 12. Es cuando Miguel se levanta para liberar a su pueblo que está siendo perseguido por el poder romano papal, ya descrito anteriormente. Miguel, que no es otro que el Mesías prometido, libera a su pueblo, cuando atraviesa un tiempo de angustia que no tiene precedentes (Dan. 12:1).
No solo eso, sino además aquellos del pueblo de Dios que cayeron ante la persecución son también levantados para vida eterna (Dan. 12:2), y entonces el pueblo de Dios de todas las edades brillará por la eternidad (Dan. 12:3). Te invito a que formes hoy parte de las filas del pueblo de Dios, para que cuando aparezca el Mesías, Miguel, nuestro Príncipe, resplandezcas por la eternidad.
¡Maranatha!
0 comentarios