La misión trascendente de las casas publicadoras.

La Casa Publicadora Brasileña (CPB),  produce y distribuye literatura religiosa, educativa y de salud para todo Brasil. ¡Esta última está celebrando 125 años de vida! Con el objetivo de alimentar y edificar a la Iglesia, proveer publicaciones para nuestras escuelas y colegios, y evangelizar a través de nuestros colportores, la CPB inició sus actividades en julio de 1900 en Río de Janeiro. Por eso, está cumpliendo 125 años en misión.

La CPB ocupa una posición de liderazgo entre las 62 editoriales de todo el mundo. Cuenta con 673 empleados en su sede de Tatuí (San Pablo) y una red propia de 20 librerías en las principales ciudades de Brasil. Además, brinda apoyo a 58 puestos de ventas del Servicio Educacional Hogar y Salud (SELS, por sus siglas en portugués). La CPB cuenta con 1.800 títulos, entre libros, Biblias e himnarios, que llegan a 3 millones de personas a quienes Dios puede transformar en interesados por la verdad, hermanos de Iglesia y ciudadanos del Reino de los Cielos.

Sin duda, la CPB y la Iglesia Adventista van de la mano, compartiendo una historia de milagros, de compromiso y de misión. Fue en 1879 cuando un paquete con diez ejemplares del periódico El Heraldo de la Verdad (en idioma alemán) fue enviado a la ciudad de Itajaí, en el Estado de Santa Catarina. La literatura despertó el interés de algunas familias del lugar.

Con el tiempo, el flujo de literatura aumentó y, con la combinación del estudio de las Escrituras y el material enviado, surgieron los primeros guardadores del sábado en Brasil. Durante 125 años, la CPB ha contribuido al surgimiento, la edificación y el crecimiento de la Iglesia. La CPB fortalece a la Iglesia, y la Iglesia fortalece a la CPB, en una asociación indispensable para el crecimiento y la expansión del mensaje de salvación.

El origen de publicar nuestro mensaje es divino. En 1848, en Dorchester (Massachusetts, EE. UU.), Elena de White tuvo una visión acerca del ministerio de las publicaciones y su relación con la proclamación del mensaje. Después de la visión, le dijo a su esposo: “Debes comenzar a publicar un pequeño periódico […]. Al principio será un pequeño comienzo, pero luego se me mostró que se asemejaba a corrientes de luz rodeando el mundo” (Mensajeros de esperanza, p. 7). Recordemos lo siguiente: “El fin está cerca. […] Los libros deben venderse cerca y lejos. Deben esparcirse como hojas de otoño» (ibid., p. 30).

José Carlos nació en San Pablo (Brasil) y vivió allí 65 años. Tenía todo lo necesario para ser feliz, pero su corazón clamaba por paz. Quería alejarse del bullicio y encontrar un nuevo comienzo. Así que, decidió trasladarse a Nova Conquista, en el Estado de Rondônia. Fue en este nuevo hogar donde un libro inesperado lo cambió todo. Y no solo para él, sino también para Luciana, su compañera de viaje.

Las circunstancias hicieron que Luciana conociera a Nina y se forjara entre ellas una gran amistad. El día del cumpleaños de José Carlos, Nina le envió una cesta de regalo con dulces y bombones, junto con un ejemplar del libro El conflicto de los siglos.

José Carlos procedía de una sólida formación católica. Era estudioso de todos los temas y le gustaba investigar en profundidad. El libro le impactó positivamente desde las primeras páginas. Cada día, José Carlos leía más y más el libro. Estaba completamente sumergido en el mensaje de esta publicación.Muy pronto, él y su esposa empezaron a asistir a la Iglesia Adventista, como parte del programa de evangelización de Misión Caleb. La confianza creció porque todo lo que se decía en la iglesia estaba en la Biblia. Esto le trajo claridad, seguridad y fe.

José Carlos declaró emocionado: “El libro El conflicto de los siglos cambió mi vida. Después de leerlo, soy una nueva persona”. Y Nina, al ver todo lo que el Espíritu Santo había hecho, apenas podía contener su emoción. “Es encantador ver esta transformación. Me he quedado sin palabras”, sostuvo.

Todo empezó con un gesto de amabilidad y un libro que ingresó silenciosamente por una puerta cerrada y abrió la puerta a una nueva vida. Elena de White afirmó: “Dios pronto hará grandes cosas por nosotros si humildemente nos postramos a sus pies con fe […]. Más de mil se convertirán en un día, la mayoría de los cuales identificarán sus primeras convicciones a la lectura de nuestras publicaciones” (El ministerio de la bondad, p. 106).

Felicito a la CPB por publicar libros como El conflicto de los siglos, es decir, libros que cumplen la misión con excelencia. Le deseo poder del Cielo para terminar esta misión junto con la iglesia y recibir a nuestro Salvador.

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