UN POQUITO DE ALCOHOL

14 noviembre, 2022

¿Qué dice la Biblia sobre el consumo de vino?

«Vino” es el nombre que se le da al jugo de la uva en todas sus etapas, con o sin fermento, siempre dependiendo del contexto.

En el Antiguo Testamento, “vino” es la traducción de varias palabras hebreas. Iain es la palabra que más se usa, y designa tanto al vino fermentado como también al jugo de uva sin fermento. Así, en Isaías 16:10 y Jeremías 48:33, el producto inmediato de pisar las uvas en un lagar es llamado iain, una clara referencia al jugo de uva. En Lamentaciones 2:12, los niños de pecho reclamaban el iain a sus madres. Es obvio que los niños reclamaban jugo de uvas, y no vino fermentado. En Jeremías 40:12 se describe a los judíos recogiendo iain de las vides. No podían recoger vino fermentado de las vides, pero sí podían recoger el jugo puro de uva.

Otra palabra traducida “vino” es tirosh, y también puede designar una bebida embriagante (Isa. 62:8, 9; Ose. 4:11) o al jugo de la uva sin alcohol (Isa. 65:8). Por otro lado, shejar siempre designa a una bebida embriagante (Lev. 10:9, 10; Núm. 6:3; 1 Sam. 1:15; Isa. 28:7; 29:9), que podía elaborarse de uvas, pero también de cebada, almendras, granadas, manzanas y dátiles.

Por su parte, en el Nuevo Testamento, la palabra griega es inos, y designa al vino con o sin fermento. La distinción se determina por el contexto. Otra palabra es glevkos. Según el historiador judío Josefo, este puede tratase de una bebida sin alcohol, pues él la usa para hablar del jugo de uvas recién exprimidas (ver Gén. 40:11), pero también puede referirse a una bebida embriagante, pues esa fue la acusación contra los discípulos en Pentecostés (Hech. 2:13).

Es interesante que, en la Última Cena, Jesús se refirió al “fruto de la vid” (Mat. 26:29; Mar. 14:25; Luc. 22:18) y no al “vino”, especificando que no se trataba de una bebida fermentada.

Hay quienes han dicho que no era posible tener vino sin fermentar para la Pascua, puesto que la cosechase realizaba unos seis meses antes. Sin embargo, en el mundo antiguo existían diferentes métodos para preservar el jugo de uva sin fermento.

Uno de ellos era hervir el jugo de uva hasta volverlo gelatinoso, y luego guardarlo en un lugar fresco. Cuando se lo quería usar tiempo después, tan solo se lo revolvía con agua y se tenía vino sin fermento.

USOS Y ADVERTENCIAS

El vino fermentado de los tiempos bíblicos tenía menor concentración de alcohol que los actuales, pues los israelitas desconocían la destilación. Con respecto a su consumo, la Escritura advierte en contra de los efectos negativos del alcohol.

Noé se embriagó, y esto provocó otra acción incorrecta de parte de su hijo (Gén. 9:20-27). Las hijas de Lot embriagaron a su padre y luego mantuvieron relaciones sexuales con él (Gén. 19:31-38). Lo más probable es que Nadab y Abiú hayan muerto por haber ofrecido fuego extraño bajo los efectos del alcohol (Lev. 10:1-11). En Proverbios se dice que todo el que se deja llevar por el vino y el licor “no es sabio” (Prov. 20:1; ver 23:32). A los creyentes se les advierte en contra de la embriaguez (Efe. 5:18), y a los oficiales de
la iglesia se les indica no ser dados al vino (1 Tim. 3:3, 8; Tito 2:3).

Cuando el vino no era intoxicante, la Biblia lo presenta como una gran bendición (Sal. 104:14, 15; Prov. 3:10; Ecl. 9:7; Isa. 55:1, 2), tal como el vino que creó Jesús en las bodas de Caná (Juan 2:1-12), o el que el apóstol Pablo recomendó a Timoteo por causa de su salud (1 Tim. 5:23).

Hay quienes dicen que lo que Pablo sugirió era vino fermentado. Si fuera así, esta frase implicaría que Timoteo era abstemio, y Pablo se lo estaría recomendando medicinalmente; sin embargo, inos también puede significar vino sin fermento.

Además, existe evidencia de hombres como Aristóteles (384-322 a.C.), Ateneo (280 a.C.) y Plinio el Viejo (23-79 d.C.), que recomendaron el vino sin fermento (jugo de uva) mezclado con agua o entibiado, para aliviar males estomacales. RA

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