HCV, PARA NO SUFRIR UN ACV

Prevenir ACV

21 marzo, 2017

El Accidente Cerebro Vascular (ACV), o infarto cerebral, es una de las afecciones de la salud más temidas, sobre todo, por sus posibles secuelas. Básicamente, hay dos tipos de ACV: el isquémico, que se produce cuando hay una obstrucción en un vaso sanguíneo cerebral que bloquea el flujo de sangre; y el hemorrágico, que se produce por la ruptura de un vaso. Ambos pueden causar discapacidad y ser letales.

Estudios recientes han demostrado que, además de las causas ya conocidas de ACV (hipertensión, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo, entre otras), las emociones negativas juegan un papel muy importante en el desarrollo de esta patología.

Por ejemplo, en la investigación encabezada por Susan Everson-Rose, de la Universidad de Minnesota, Minneapolis, Estados Unidos, se analizaron datos de 6.749 adultos de entre 45 y 84 años que no tenían enfermedad cardiovascular al comenzar el estudio. Primero se tomaron varios cuestionarios para evaluar su nivel de estrés, síntomas depresivos, enojo y hostilidad. Luego, se les hizo un seguimiento durante ocho años y medio. Durante ese período, se registraron en este grupo 147 ACV y 48 accidentes isquémicos transitorios (infartos más leves, también llamados AIT).

Los investigadores hallaron que el estrés, la hostilidad y los síntomas depresivos se asociaban con un aumento del riesgo de ACV o AIT. Algunos datos relevantes fueron:

  • Los participantes más deprimidos eran un 86% más propensos que los menos deprimidos a sufrir un ACV o un AIT.
  • Las personas con estrés crónico eran un 59% más propensas a sufrir un ACV que aquellas con niveles normales de estrés.
  • En quienes demostraron altos niveles de hostilidad, se duplicaba el riesgo de ACV o AIT.

Ante estos resultados, Everon-Rose expresó: “Este hallazgo es importante […] porque documenta que las características emocionales y el estrés influyen en la salud cerebral”.

Ante este panorama, qué importante es desarrollar HCV para prevenir un ACV. Porque la tríada HCV es una manera de afrontar la vida que nos ayuda a manejar positivamente las emociones.

¿Qué es HCV? En lo que resta de esta columna, abordemos brevemente el primer factor: “H”; y en las dos próximas desarrollaremos los factores “C” y “V”.

La H es Humildad. Normalmente vemos la humildad como un elemento moral importante, una virtud, pero también es un elemento terapéutico muy valioso. ¿Por qué? Porque la humildad tiene que ver con el reconocimiento de los límites del “yo”, de mi persona. Cuando no los reconocemos, intentamos manejar todo a nuestra modo, sin tomar conciencia de que siempre habrá cosas que escaparán a nuestro control. La falta de humildad nos enferma de omnipotencia, la cual es terreno fértil para que broten las emociones negativas.

«Las características emocionales y el estrés influyen en la salud cerebral”.

La humildad es necesaria a fin de lograr una saludable aceptación de lo que no podemos cambiar. Una de las clasificaciones que puede hacerse de los estresores es: modificables e inmodificables. Los primeros son aquellas situaciones que nos generan estrés, pero que podemos abordar haciendo algo para cambiarlas (por ejemplo, malos hábitos). Pero los estresores inmodificables, por más que lo intentemos, no pueden alterarse (por ejemplo, la pérdida de un ser querido o cualquier otro tipo de pérdida). Ante estos, la actitud saludable es la aceptación y la búsqueda de un nuevo sentido para continuar. Para ello, es necesaria la humildad. Sin el factor “H”, nos enfermamos de frustración y angustia, al no poder aceptar las cosas que no podemos cambiar.

Jesús expresó la importancia del factor “H” en su maravillosa enseñanza sobre el afán y la ansiedad, cuando dijo: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mat. 6:27). Aumentar nuestra estatura representa todo aquello que no podemos controlar. Por más que nos afanemos, desesperemos, amarguemos (y otros tantos estados emocionales que predisponen al ACV), en la vida siempre habrá cosas que escapen a nuestro control. Jesús nos recuerda que “vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (vers. 32, 33).

Necesitamos aceptar esta invitación. Hacerlo trae paz, lo que significa salud.RA

Autor

  • Rodrigo Arias

    Con una amplia experiencia en el área de consejería, el Pr. Rodrigo Arias cuenta con dos licenciaturas: una en Teología y otra en Psicología. Hoy sirve a la iglesia como orador del programa radial y televisivo "Una luz en el camino" y director de la Escuela Bíblica de Nuevo Tiempo Argentina.

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