“NO OS CONOZCO”

5 enero, 2021

Una nueva sección donde analizaremos algunos vocablos y frases de la Escritura.

En mi niñez, disfrutaba mucho ver una serie de dibujos animados muy bien logrados, tanto por su calidad artística como por su respetuosa adaptación del texto bíblico, que recreaba diversas historias del Nuevo Testamento. Muchos años después, ya siendo papá, todavía me encuentro de tanto en tanto viendo esos “dibujitos de la Biblia” con mis hijos. Uno de los relatos que esta serie animada recoge es la conocida parábola de las diez vírgenes (Mat. 25:1-13). Hacia el final de la parábola, cuando el novio se dirige a las vírgenes insensatas, escuchamos una respuesta que, de un modo u otro, encierra el espíritu del texto. En la serie animada, el novio responde lo siguiente: “Si son mis amigas, ¿por qué no vinieron cuando lo anuncié? […] Yo no las conozco, lo siento”.

Por eso, quisiera detenerme brevemente en algunos matices lingüísticos de Mateo 25:11 y 12, y más específicamente, en la densidad de sentido que encierra la expresión: “No os conozco” (Reina-Valera 1960). 

La escena se caracteriza por una profunda solemnidad. Así lo deja ver, entre otros aspectos, el uso del tiempo presente en la lengua original, al narrar una situación pasada –desplazamiento temporal que le añade vivacidad a la escena―y el énfasis que comunica la doble mención del apelativo “señor”: “Entonces, más tarde, vienen las vírgenes restantes diciendo: ‘¡Señor, señor, ábrenos!’ ” (Mat. 25:11, mi traducción). Seguidamente, en el versículo 12, tras el familiar tono semita inicial (“Respondiendo, dijo”), hallamos la sentenciosa fórmula introductoria “De cierto os digo” y el verbo griego oida (“conocer”), que en el presente contexto atestigua la ausencia de un vínculo significativo entre el novio y las vírgenes insensatas; y mediante la forma verbal, enfatiza el estado de desconcierto que embarga al novio. 

En este marco, es preciso señalar que la traducción de ouk oida humás que nos provee la Reina-Valera 1960 es legítima: “No os conozco”.

No obstante, por lo expuesto, y como sucede en ocasiones, la traducción sugerida no alcanza a revelar el valor connotativo de la frase; es decir, no refleja la fuerza expresiva de la declaración. En tal sentido, es de notar, entre otras, la lectura que brinda la renombrada Nueva Biblia Española (“Les aseguro que no sé quiénes son”) y la reciente Traducción en Lenguaje Actual (“No sé quiénes son ustedes. No las conozco”).

Con relación a esto último, en la misma línea del texto griego, Elena de White comenta con lúcida percepción: 

“No conocen a Dios. No han estudiado su carácter; no han mantenido comunión con él; por tanto, no saben cómo confiar, cómo mirar y vivir. […] En esta vida no han practicado la comunión con Cristo […] son extraños a sus gozos”. Y agrega: “No podemos mantener a Cristo lejos de nuestra vida aquí y, sin embargo, estar preparados para su compañía en el cielo” (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 338, 340).

El énfasis en la declaración del novio no descansa, pues, en una obstinada indiferencia o en su presunta incapacidad para identificarlas debido a la oscuridad de la noche. Las vírgenes insensatas no son víctimas de las circunstancias, sino herederas y protagonistas ineludibles de sus propias decisiones. Son artífices de su desdichada realidad, por razón de un vínculo efímero y distante con aquel que ha de ser la esencia de toda celebración. 

La fraseología empleada emerge como veredicto inapelable, dada la inexistencia de un vínculo con el novio que justifique su participación en la boda: “Si son mis amigas, ¿por qué no vinieron cuando lo anuncié? […] Yo no las conozco, lo siento”.

Entre la indiferencia profética y el frenesí escatológico, extremos de una realidad convulsa, subyace la, por momentos, inadvertida necesidad de profundizar nuestro vínculo con el Nazareno, de crecer cada día en intimidad con nuestro amado Maestro. Mateo 25:12 es un recordatorio perpetuo de la importancia vital y del alcance eterno que reviste nuestro caminar diario con Jesús.


Leandro J. Velardo es profesor de Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de la Universidad Adventista del Plata.

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2 Comentarios

  1. Scholles Hugo

    Que bueno, la verdad si no mantenemos una comunión con Dios a diario no lo vamos a conocer de

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  2. Heydy martinez

    GRACIAS POR TAN BELLA EXPLICACIÓN. TENGO QUE RELACIONARME A DIARIO CON DIOS NUESTRO PADRE CELESTIAL.

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